La soledad no es el final, ni la respuesta. Así que hoy me resigno a lo que el camino disponga. Esperemos, como siempre, que sea largo...
Cuando aprenda a estar sola
Cuando aprenda a estar sola en torno mío
marcharé del ruido de los sueños
a contar mi mal
fingido a los caminos.
No volveré la mirada del sendero,
mejor es no saber y ver qué pasa
al quebrar con mi tumba el verde acebo.
Cuando aprenda que estar sola y tener miedo
es el múltiplo común de nuestra historia,
haré del verso estéril alter ego
y venderé lo mismo que sabía: todo anhelo.
Bastará un poco de espuma y ansia viva
para dar de larga vida y corta infancia
una severa respuesta que me sirva
Cuando aprenda que estar sola no es eterno,
este mundo casquivano que viajo
falsearé con su mortal naturaleza
Sabré entonces cerrar las hojas yermas
del secreto que alberga el ser- yo-sola.
Seré, pues, belleza entrometida
que sonría a la muerte y la reciba.
Teresa Velasco Castillo