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La vida es irónica:
Se necesita TRISTEZA para conocer la FELICIDAD, RUIDO para apreciar el SILENCIO y AUSENCIA para valorar la presencia

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martes, 26 de diciembre de 2017

PIDO PERDÓN

Pido disculpas si  no fui lo que esperabais. Si la búsqueda del cuerpo conforme al camino de la eternidad, no es más que el cuerpo mismo. Sí. La vida a veces es banal o así de tonta la concibo, y lo siento si hice ver que tenía la respuesta.

La erudición como retórica amable, discúlpenme, no es más que pedantería y, si de paso me sirven mis destrezas, eso que gano en la cama o en la cartera.

Sepan que el ejercicio de las letras se hará patente mucho más tarde que el de las piernas y hagan sus propios cálculos si creen que es tarde para invertir en libros. Los gimnasios no implican, sin embargo la ignorancia. Me van a tener que disculpar que los defienda, pues me declaro fan absoluta de esa forma de establecer metas a partir de cifras.

Y pido perdón, porque no soy poeta, ni maldita. Porque el arte cuando muere, hasta se ahonda, y yo ahora mismo, lo siento, estoy más con los vivos que en quehaceres literarios enfocados a la muerte.

No fumo “pensativos cigarros”, tan solo observo fumar a ese hombre, que nunca logro conservar más de una noche. Y no bebo de ese whisky en el que flotan tantas historias que morirán con sus borrachos. No seré yo quien las escriba, pues prefiero seguir narrando mi propia historia en vivencias.

Me aburre la “intertextualidad”, el discurso explicativo con propósito estético. Se aburren hasta mis ojos del sexo y alcanzan el olvido antes de tiempo. En fin, esos momentos de exaltación sensorial son lo más cercano que siento hacia la vida. Son banales, pero no más que las noticias que deberían configurar mi discurso.

Tampoco me reconozco ya en la lectura. Al fin y al cabo, cuando uno ha vivido, busca esa vida también en los libros, cosa que rara vez yo encuentro. No sé ustedes, pero cuando yo despliego las páginas de cualquier publicación espero que me llenen tanto como la agonía del ácido láctico subiendo por mis piernas. Y poco puede compararse a esa sensación de adrenalina que produce el café en exceso o al calor perverso de unas manos agarrándote el trasero.

Algo tendrá la demagogia cuando los gobiernos populistas se perpetúan. Algo tendrán los argumentos infundados de la religión, cuando siguen sumando adeptos. Y digo con esto, que no creo que sea tan grave protestar por el Gobierno sin un análisis geopolítico, morfosintáctico, literario y científico que respalde mi opinión. Total, al final quedará descatalogada en algún lugar de alguna memoria de alguien cuyo nombre no recordaré.

Pido perdón, sobre todo a mi familia, porque sé que esperaban una buena chica y al final voy a ser tan mala como el resto. O peor. Al final va a suceder que hasta el Facebook lo actualizo y, quien sabe, si algún día cometeré faltas de ortografía o escribiré a partir de jaculatorias seudopoéticas frases del tipo “hoy es un buen día, para que sea un buen día”.

Pido perdón y despido así el año con la conciencia tranquila. Ni tan arrepentida, ni encantada como diría Sabina. Sencillamente feliz y agradecida de tener una familia que no he merecido, merezco ni creo que llegue a merecer.



Teresa Velasco Castillo





martes, 5 de diciembre de 2017

La isla

Después de un tiempo de cambios, vuelvo a introducirme en la rutina del poema. Os dejo con el de esta semana, espero que lo disfruten:  


Extraña es mi isla y el carácter que la enferma,
extraño su sabor de notas sin resacas en la lengua,
el desacuerdo en sus aristas
como un biotopo de octavas nuevas.

Isla de tantos caminos como hombres en su recorrido,
como tantos caminos en las piernas de los hombres.

Mi isla no necesita un andamiaje literario,
es principio y final, acción plausible sin moraleja,
una broma pesada, un relato irreflexivo,
contar ovejas...

A veces, también vacía, se asoma a sus extremos
Y salta al pánico común de los desiertos.
A veces es grava ardiente y solo a veces lejanía
petrificada en el abrazo de sus ráfagas de viento.

Extraña la miro en tercera persona
y entonces la sé vulnerable y hermosa.
La oigo bajo mis pies y ando entre sus piedras
tan insegura como la continuación de mis huellas.

Porque es extraña esta vida y su sonoro de vez en cuando,
sus días ausentes y encalados de lluvia,
como firme resistencia a lo inmediato que la inunda.

Mi isla es un verso fugaz en el más práctico de los sentidos,
una estrella que se remonta por encima de las reglas.

Una pesca filosófica al final de la tormenta 
derrochando su luz sobre la herida del poema.

Teresa Velasco Castillo 

domingo, 19 de noviembre de 2017

La venganza


La pasada noche del 19 de noviembre tuvo lugar en la sala Chela Mar una nueva edición de microteatro con tres obras llevadas a escena. La segunda de ellas, La Venganza, aunque adaptada a los patrones del tiempo, nos dejó una hermosa moraleja que esta mañana ha despertado en mi otro poema. 


La venganza es un plato que se repite
en las bocas ignorantes de tu boca,
un espejo encarcelado en la garganta
por la sed desparejada de los hombres

Pero también, no iba a ser menos, las mujeres
la saben cocinar a fuego lento,
porque fría o caliente, en el rostro incierto
de lo áspero no es más que otro reflejo

La venganza de la historia con sus muertos.
La venganza de los muertos con su historia.
La historia de la muerte por venganza.

No llegaré a ninguna parte, ni a un segundo
plato posible en el arte trasnochada
de andar allá donde la pereza obliga
dando vueltas sobre nostalgias inventadas

No llegaré, y aquí me tienes, vengando a Dios
para que baje y vea,
para que ajuste cuentas con
los culpables de la guerra y sus banderas.

No tengo vocación de venganza y sí el estómago
vacío de su sabor metálico,
ese que conoce la amargura
y comprende su tristeza en nuestras lenguas.



Teresa Velasco Castillo

viernes, 17 de noviembre de 2017

La voz del poeta en Málaga TeVé


Hoy quiero compartir desde la Tarde Irónica el programa "La voz del poeta" de ayer jueves 16 de noviembre en Málaga TeVé y agradecer  a Maria Angustias Moreno  la oportunidad de colaborar en un espacio dedicado a la poesía. Gracias también a Diego Bandera por acogerme en su programa y por prestar atención a algo tan necesario como la poesía.

martes, 14 de noviembre de 2017

Miércoles

Hoy miércoles se presenta como toma de conciencia. Que la vida son dos días lo sabemos, pero a veces nos viene tan de golpe que nos vemos sorprendidos y ya es de noche...

Hoy miércoles, depende de nosotras
Que el infinito encogido por el tiempo
Siga siendo infinito y no otra cosa

Que la muerte se reúna con sus sombras
Y volvamos al solsticio en tu terraza

Hoy el mediodía cuenta sus horas
Como el tiempo haciendo hueco en la memoria
Maldito sea su número y su pluma
Que al honrar la vida, a la muerte suma


Hoy miércoles, rodado en el abismo
El mismo que se instala en la oficina
Ese que viste rosicler como uniforme
Y antes que amanece con su sol declina

Tiene anhelo de jueves, pero aún es miércoles
Prestándonos herencias de su boca.

Ha salido de su nido para verte
Porque aun vestida de muerte, somos muchos
Y es luchar contra Dios el no quererte

Para tomar café o hacer puchero hoy es miércoles
Como un golpe de calor cosido al pecho
Como tantos otros que suenan en tu cuerpo
Con su canto rodado por el viento

Hoy miércoles depende de nosotras
Que estar de paso sea cosa de los muertos
Que el insaciable jueves que nos pisa los talones

No nos quite las rosas de este miércoles. 

Teresa Velasco Castillo

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Antonio Márquez: “Todos los silencios son aplausos”


¿Se han preguntado alguna vez qué porcentaje de lo que queremos comunicar llega realmente al público?¿Han sentido el eje de la tierra quebrarse bajo sus pies ante una conferencia? ¿o tal vez las ideas agitadas como olas en tropel sin una orilla que les de asilo?

Son algunas de las cuestiones tratadas el pasado miércoles 8 de noviembre en el taller de técnicas para hablar en público, donde Antonio Márquez y Gema Campos, expertos en coaching y psicología de mercado, dieron algunas claves para la gestión eficaz del miedo ante una exposición.

“Yo camino entre ovaciones ” decía Antonio Márquez, quien sostiene que cada silencio es un aplauso y que el éxito de la oratoria comienza por creernos que somos capaces de hacerlo.
Gema Campos, por su parte, hizo mayor hincapié en la visualización del miedo como una emoción no necesariamente negativa: “necesitamos un nivel 5 de miedo en la escala del 1 al 10 para preparar nuestro organismo ante un reto”. Si no padeciésemos un mínimo de nerviosismo, efectivamente, actuaríamos como auténticos temerarios, que no como valientes.

El taller, que se completó hasta llenar aforo, fue un recorrido a través de luces que trasladaron su color del “tengo que” al “voy a” fundiéndose con una atmósfera de creciente satisfacción entre el variado perfil de alumnos/as.

A nivel práctico, se trabajó la vocalización por medio de trabalenguas, la toma de conciencia a través del uso de dispositivos móviles y cámaras, la respiración a través de técnicas de relajación y la puesta en acción mediante una autopresentación que supuso el hilo conductor de la clase.

Se tuvo muy presente en todo momento la importancia del feedback, entendido como crítica constructiva y, para ello se hicieron propuestas entre el alumnado que enriquecieron favorablemente la dinámica del grupo.

El taller, finalizó a las 14.00 h y fue promovido por el Instituto Municipal para la Formación y el Empleo desde el Ayuntamiento de Málaga, organismo que acomete este servicio gratuito dirigido a empresas, empresarios, pero, sobre todo a personas con ganas de aprender y seguir formándose en valores.


Teresa Velasco Castillo. 

martes, 31 de octubre de 2017

El loco de mi pecho

Hoy llevo un loco cosido por el pecho. No sé lo que siento. Esto de ser humana me supera y sin embargo, aquí está la poesía para mantenerme a flote otro martes. Os dejo con mi último poema. Pasen una feliz semana: 


Sentir como mis labios se desprenden de los tuyos,
como tiembla el verbo en la lectura táctil de los cuerpos
y sufrirse como un loco entregándose a cada beso
defendido en el aire muerto de los cigarros que sellas

Qué sorpresa ser humano, esta forma infeliz de niño.
Sentir los nuevos pliegues que cansados se conjuran,
ese barrunto de pasión en el espejo de los otros,
esta carne de lo absurdo interrumpida por la arruga

Se avanza a tientas con los años y el árbol se florece,
pero un día, como por suerte, ves las hojas caer.
Ves el fruto que se agosta y los sueños quedarse
en el limbo de no saber qué hacer con la corteza.

Qué sorpresa saberse condenado por lo común,
por la opaca incertidumbre del amor del que fui cómplice,
por los labios aún prendidos en el fuego del tabaco
y la sonrisa entregada para siempre en la tormenta

Ser humano no es tarea fácil, y sin embargo,
quise ser por sentir tu herida en mi garganta hablando.
Quién diría que estos poemas mantendrían
al loco de mi pecho caminando



 Teresa Velasco Castillo

jueves, 26 de octubre de 2017

¿Y tú por qué empezaste a correr?

Todos hemos tenido una primera vez. Un primer día de colegio, un primer apellido, un primer compañero de equipo, una primera puesta en escena o una primera borrachera. Todos, incluso los menos lanzados, han tenido primeras experiencias en campos tan amplios como la población de esta gran ciudad que es nuestro planeta azul.

Los integrantes de ASICSFrontRunnerSpain team comparten, en este caso, su “primera vez” a través de las redes y en sus perfiles oficiales en la web, muchos de los cuales me han hecho sentir identificada y lanzarme hoy a contar mi experiencia en el mundo Runner.

Para empezar, cuando yo corría, el running como tal no existía. Estaba el Nerja, la escuela de atletismo por antonomasia en Málaga, y unos cuantos grupos de veteranos que se reunían para entrenar bajo la forma jurídica de club.
Yo tendría unos 8 años y un alma falta de nutrientes simples que ampliasen la perspectiva sobre mi ser más allá de lo que dijesen los compañeros de escuela. Por supuesto, ni por asomo sospechaba de mis necesidades, ni mucho menos conocía las posibilidades que podía ofrecerme este deporte, pero como todos los niños/as empecé imitando y, a día de hoy, no he encontrado aún mejor referente que mi padre.

Todavía recuerdo aquella tarde de octubre con la que inicié mi andadura por este mundo fuera de los test y eventos asignados a la educación física en colegios. Le pedí que me llevase con él y fuimos hasta el famoso tranvía, con paso torpe, comentando lo “polvorillas” que eran los niños de la clase y como, con esfuerzo y tiempo, llegaría a ganarles algún día. 
Y así fueron pasando las semanas y con perseverancia llegué a mi primera gran carrera popular en la barriada del Palo, donde algunos de esos compañeros participaban.

No dormí la noche anterior. Tampoco  pude desayunar. Todo lo que hoy me resulta minúsculo era entonces tan inmenso que parecía que el tiempo no pudiera guardarlo. 
Edición de 2007, con 13 años. 

Cuando el organizador, después de un largo discurso, soltó aquel disparo de plomo, eché a correr con mis dudas a cuesta y, tan solo con doblar la esquina, éstas se habían ya disipado. Me hice con un tercer puesto. Suficiente para que cada año siga participando en una prueba que se ha transformado casi en un evento familiar.

Suficiente para  engancharme hasta los huesos de un deporte que me ha dado y me ha quitado todo: amigos, salud, felicidad, miedos, momentos únicos, pero, sobre todo, primeras veces.

Dieciséis años después la pregunta “¿Qué tendrá el running que nos hace adictos?” sigue siendo un misterio, para mi sin respuesta. Diría que es el nutriente esencial que mi YO necesita, pero ya se sabe que los estudios nutricionales cambian cada día. Así que si sabes algo, no dudes en dejar un comentario.


Teresa Velasco Castillo


martes, 24 de octubre de 2017

LIBERANDO LA VOZ DEL POETA

Buenos días y feliz martes. Aquí os dejo con el poema de la mañana para ir soltando adrenalina: 

Yo quiero ser del mármol la penumbra de tu rostro.
Un calco del cielo como nube imprevista.
Yo quiero ser la lluvia que eterniza su perfume
y disipa mariposas con sus mares de plomo.

Yo quiero desnudar la ausencia que somos
y, en la intimidad de nuestros cuerpos,
ser de sus blancos refugios
un deseo de formas que oculta paisajes.

Yo quiero llevarte vencida, donde el sueño ya no cabe,
donde  no quepa en mí lo que te quiero,
donde encontrar remedio a lo que escribo.
Yo quiero ser del camino, donde sestea el caminante.

Y escribo corazón, donde la memoria ardía,
en su explicación posible, una pintura adolescente,
un canto firme a los esfuerzos de la causa

Yo quiero ser de tu pañuelo, nuestra herida,
como esa estatua de sonrisa incandescente,
ser autora y a la vez imperfecta en puño y letra.
Escribir por librarme de la voz del poeta.



 Teresa Velasco Castillo

lunes, 23 de octubre de 2017

Carrera Urbana de Málaga 2017: mucho más que una prueba multitudinaria.

Se engrosen o no las cifras, es evidente que la pasión por el “running” ha ido increscendo en los últimos años y, en su 39 edición por las calles más céntricas de Málaga, la carrera del Corte Inglés reunió ayer a cerca de 20.000 corredores de todas las edades.

Ahora bien, calzar las deportivas un día al año no te hace corredor, ni mucho menos atleta, igual que escribir un libro no significa ser escritor, ¿o sí? ¿qué requisitos cumple un corredor para ser considerado como tal en su esencia? ¿existe un manual relativo que recoja los pasos a seguir para convertirse en atleta?

Es probable, pero la respuesta es más simple que todo eso. Se trata de algo contundente, una idea comparable al texto de Rilke con el que despejaba mis dudas camino de otro lunes, mientras leía la reflexión de Daniel Moscugat acerca de ser o no ser poeta:

<< Entre en sí mismo. Investigue el fundamento de lo que usted llama escribir, compruebe si está enraizado en lo más profundo de su corazón; confiésese a sí mismo si se moriría irremisiblemente en el caso de que se le impidiera escribir.>>

En otras palabras, si usted muere un poco cada vez que no corre, entonces, tenga por seguro que es un atleta. Si alguna vez, de reojo, ha mirado con miedo su talón dolorido. Si con cada zancada siente que disipa sus fantasmas. Si el reloj es su refugio y su enemigo. Entonces, amigo, está perdido, porque no hay intervalos ni avisos de la boca al corazón y viceversa.

Confieso, más para mi que para el resto, mis ansias de “eterno limitado” y alabo las formas numéricas del desorden de los pasos. La corriente del tiempo, cuando corres, se estrecha más hacia el minuto presente y usted lo sabe, amigo, si hubo un momento en que dijo “quiero ser atleta” o lo que es más grave “quiero acabar un maratón”.

Así se fue tejiendo un sentimiento inefable que sostiene estas dos piernas que cruzan un año más la meta. Una prueba como un vaso de agua dulce, que fue mi reto, mi maratón y mi horizonte más virgen.

Una carrera popular que junta los grandes vidrios de la solidaridad y la superación. Porque hoy somos 20.000 los que pisamos fuerte sobre el vientre de las calles para hacer sonar nuestro himno de compás improvisado. Somos un tiro en el alma de las banderas que no nos representan, frente a la mar de mi tierra otro octubre de verano.

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Teresa Velasco Castillo

viernes, 20 de octubre de 2017

Aprendiendo a ser feliz

Martin Seligman, profesor de psicología en la Universidad de Pennsylvania en EEUU, es a día de hoy noticia debido a la dura labor que ha realizado en torno a investigaciones sobre la depresión y que le han permitido situarse como uno de los mayores impulsores de la denominada Psicología Positiva.

Recientemente, ha sido entrevistado por Eduard Punset en el programa “Redes” donde para la emoción positiva propone una serie de ejercicios que hoy quisiera poner en práctica.

Concretamente, en el segundo ejercicio, nos pide pensar en alguien importante a quien nunca hemos agradecido lo suficiente su atención y, a continuación, propone un escrito de 300 palabras en que demos las gracias a esa persona por formar parte de nuestras vidas.  Pues bien, ahí va mi agradecimiento a la persona que me ha dado la vida y me la da cada día:

Enfocar las decisiones en el futuro ha marcado mi vida. Estudiar para un mejor trabajo, para un peldaño más en la pirámide de Maslow, para Dios sabe qué, una vez aseguradas las necesidades más básicas. Las consecuencias siempre, SIEMPRE, han recaído sobre mi madre.

Mi frustración, mi insatisfacción en las relaciones personales, mi enfermedad y mi cura, mis logros y todo su peligro... esa manía de estar en constante tensión con el entorno y rentabilizar cada decisión hasta su límite.

Y bien, todo eso materializado en el imposible de la pretendida separación entre la vida personal y el ambiente laboral que al final estalla sobre la mesa de la cocina en forma de “no me hables” porque desato el caos.

Pero mi madre no es una persona de palabras. Ella está hecha de silencios cuidadosamente estudiados y medidos que suplen las palabras muertas sobre la comisura de sus labios. Ella dice con sus ojos “te estás equivocando” o “estoy contigo cuando estés preparada para estar con alguien”. Ella te mira y te embarga cualquier deseo de romper con esa corriente de fuerza migratoria. Entonces, el pájaro de mi pecho se espanta y el árbol sigue dando sus frutos sin que nadie de las gracias al espantapájaros que es mi madre.

Hay mucho de filantrópico en su tarea. Se trata de pagar con la moneda del tiempo y esperar a cambio el milagro de que sea el otro quien alcance el éxito. Delegar la felicidad sin saber que a algunos nos viene grande.

A veces quiero preguntarle cosas y cuando llego no siento mi voz más allá de ese pensamiento esclavo. Entonces ella adivina lo que invento, y yo sigo inventando por ella y por la felicidad que un día delegaré en la persona adecuada.

Quiero agradecer personalmente cada céntimo en gasolina y sudor por recogerme y llevarme a los sitios que me tocó vivir. Como el común de los mortales, yo soy esa gente que corre porque, ya lo decía Gloria Fuertes, “no sabe dónde va”.

Quiero agradecer personalmente cada abrazo al borde de la envidia, al borde del éxito, al borde del suicidio, al borde de la cama antes del borde del sueño.

Siempre estaré orgullosa de mi herencia: la educación. Educación en la escuela, en valores y en refranes que han hecho que hoy pueda conocer a mi bisabuela a través del cauce oral de sabiduría que supone el boca-oreja. “Algo tendrá el peine, cuando no peina”, “ a quien madruga, Dios le ayuda”, “meterse en camisa de once varas”, “a caballo regalado no le mires el diente”, “a buen entendedor, pocas palabras”,  “ el que la lleva la entiende” o “estar a las duras y a las maduras” como bien ha estado mi familia conmigo.

Me siento orgullosa, Dios sabe hasta dónde, cuando alguien dice que nos parecemos. Está claro: “quien a los suyos parece, honra merece” y a mi me encanta la nariz de mi padre o esos ojos, que aunque marrones, conservan la apertura característica de la rama Castillo. Me gusta tomar el sol “como los lagartos” porque a mi abuelo le llamaban “el lagartijo” y sé que poseo el “don” de los Velasco para quedarme dormida en cualquier momento y circunstancia.

Así que agradezco ser quien soy y siento no poder hacer más por conservar valores que de antaño constituyen al hombre justo que encarna mi madre: templanza, honradez, conocimiento y altruismo.

En resumen gracias por ser mi profesor, conductor, guía, cocinero, nutricionista, asesor, médico, técnico, amigo, compañero y toda esa larga lista de profesiones que se recogen en la sola profesión de ser madre. Gracias.


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lunes, 16 de octubre de 2017

La generación perdida

“Para café, café, cómprese una cafetera.” Algunos recordarán aquel eslogan que, queriendo vender café, acabó por convertirse en la realidad de nuestros días. Si queremos “cine, cine” tendremos que hacer nuestra propia videoteca y si se trata de buenos documentales, “despedida y cierre” es lo mejor que vamos a encontrar en los medios.

Este 18 de octubre se cumple un mes desde que en mi familia nos suscribimos a Netflix y, sin desdeñar los servicios que la compañía ofrece, ésta deja mucho que desear en cuanto a oferta documental se refiere.  El gusto por buenos contenidos, parece, quedó enterrado junto a la generación perdida, y no me refiero a Fitzgerald o Hemingway, sino a gente común que marcó una tendencia basada en los buenos modales y el trabajo. Todo ello sin acceso a la educación, los libros, las redes o el conocimiento que hoy están al alcance de un niño/a.

Hablo de aquellos que llevan las condecoraciones debajo de la camisa y el dolor en el alma, pero fuera, fuera siempre  saludaban con un  “buenos días”. Hablo de los que no conocían más fórmula para las matemáticas que el trabajo, de los que preguntaban por los demás antes que por ellos. Hablo de los que van al cielo cerrando uno de los capítulos más tristes de este país.

Hombres y mujeres que nunca habrían imaginado incendios como el de hoy en Galicia porque respetaban la madre tierra por encima de todo y sin rencores. Nadie les pedía sensibilidad, les era innata, ¿debería serlo?
Desde luego, no es la mejor circunstancia la de ser honesto por los empedrados de nuestra sociedad.  Interesa más bien distraer la vista a propósito y permanecer con los ojos emborronados por películas Blockbuster  de las que fácilmente vemos en Netflix.

Con ello no reprocho a mis coetáneos entre los que se encuentra la generación “ni-ni”, pero también la generación más formada y abierta al mercado internacional que nunca hemos tenido en España.

No todo es éxodo y llanto, como decía Manuel Alcántara esta mañana en su columna. Así que yo, como él, también creo que hay motivos para brindar y hoy quisiera hacerlo por una generación que muere desde el silencio en una humanidad ensordecida por el ego.  


Teresa Velasco Castillo

lunes, 9 de octubre de 2017

No sé no ser nada

Breve autobiografía a primera hora de la mañana. Disfruten su lectura y sean ustedes mismos en ella:


Desde mi más tierna infancia fui una trampa lógica,
una lengua que no apaga los sabores como el resto,
un exceso de nada que no procede de ninguna
comparación conocida.
No he sabido ponderar ningún día
y ninguna piedra y ninguna nube sobre la misma.

Ya en mis primeros años, dejé de ser una estrella
para ser el espacio atravesado por sus rayos.
Porque “yo soy así” es un espacio muy limitado,
y siempre fui ancha de hombros y de vista.

No he logrado amar a nadie menos que a mi
y cuando me he querido no he sabido cómo,
ni cuando, ni por qué la vigencia de mis opiniones
es tan escasa como ridícula lo es la inmensidad.

Yo no fui  quien escogió colocar las palabras
con amor, preservando su autonomía sin que
se sientan solas, como yo bien me he sentido.

Así que, desde lo inverosímil o el papel en blanco,
el fondo es lo único que me importa.

Un experimento de poeta sin certificado oficial
que recibe la vida con cierta perplejidad  e inquietud,
un artista poco fotogénico, más bien nada, para
un mundo inspirado en circunstancias.

Mi condición nace de un perpetuo “no sé”
Y un efímero ser nada.

Teresa Velasco Castillo

Por amor me han dicho

Para empezar la semana, quiero dejar a un lado la política, los eventos, el trabajo y hacer una inflexión sobre un sentimiento que ni siquiera sé si he sabido expresar. Para mi sorpresa (pues rara vez hago hincapié en la estética) el resultado ha sido un poema bastante formal, tal vez como consecuencia de buscar modelos releyendo clásicos. En cualquier caso, espero que lo disfruten y empiecen el lunes con buen pie. 




<<¡Oh muerte!, ven callada
como sueles venir en la saeta>>
                        Dámaso Alonso


POR AMOR ME HAN DICHO

Si no me hubieran dicho que era amor aqueste frío
de rayos coronados y de sol perseguido,
mi beso hundido en la resaca de tu abrigo,
este mar casi metálico de estío.

Amor, ya se acabó este alboroto, digo
si por amor se entiende el desconcierto,
la ambición por morir en un abrazo,
candido metal de carne y hueso.

Si no me hubieran dicho por amor colmena,
enjambre de ilusión y miel de hogar,
vivir sin que la vida –déspota- te posea,
aborrecer el vicio de escribir, y solo amar

Si no me hubieran dicho que era amor esta pregunta,
una vida mediana llevaría mi nombre
y por respuesta la muerte a los pies atada

Amor, no te vengas escondido en las saetas.
No burles la esperanza de los hombres
que yo he sido la muerte de tu espada,
y mi voz el ruido que la muerte calla.



 Teresa Velasco Castillo 


viernes, 6 de octubre de 2017

La condición indispensable del saber

Si algo puedo sacar en claro del “Procés” catalán es que el saber no es condición indispensable para lanzarse a opinar en redes dejando seco el tintero de las emociones. Pero, ya lo decía Samuel Johnson, “que la gente vulgar exprese sus ideas con claridad está lejos de ser cierto” y con ello no llamo a la censura, si no a la cordura de los medios, supuestamente el cuarto de los poderes desaparecidos.

Hay, en todo este conflicto, un lenguaje que rezuma hipocresía y patriotismo y lo que más me preocupa es su propagación entre las masas, así como se reproducen hasta los términos de un estanque las ondas provocadas por la caída de una piedra.

Que Pep Guardiola o Gerard Piqué no puedan defender su causa sin recibir insultos, me preocupa.  Que los hijos de guardia civiles vayan a la escuela con la cabeza gacha, más que preocuparme, me asusta.

Porque en un pueblo ansioso de compromiso, cada término venido desde arriba  se perpetúa y consagra sin la comprensión y contextualización que debiera acompañarle.

Se habla de aplicar el artículo 155 de la Constitución cuando el Senado anda de vacaciones y más dividido aún que la sociedad catalana. Las autoridades independentistas han atropellado las leyes de forma inaceptable, sin Reconquista ni “historicismo” que valga. Y nosotros seguimos mandando chistes por WhatsApp.

La sociedad se encuentra dividida, vaga, ansiosa, perdida y disgustada de su estado actual y el anterior en que vivía como una joven que sale de la adolescencia rompiendo con los juguetes que conformaron su infancia. El problema, es que esta niña no encuentra un referente paternal que la guíe y, en su lugar, los representantes continúan anclados en la indigencia política y el no diálogo.

La derecha histérica no puede admitir que tarde o temprano se consulte a los catalanes sobre aquello que todos nos preguntamos “¿cuántos verdaderamente quieren la independencia?” Y la izquierda, más y menos moderada, no va a hacer la excepción de asociarse con nadie y perder votos.

El Rey, en su discurso, se muestra autoritario e intransigente, pero, ¿qué esperan de alguien cuya función está encasillada y obsoleta? Si España no se considera suficientemente adulta como para no depender de esta forma de Estado, no pidan encima un rey republicano, que ya bastante incoherencia es tener dos reyes y que no trabaje ninguno.

En resumen, la palabra independencia se ha convertido en un síntoma de ignominia tanto para los que son partidarios de la misma como para los que prefieren la unidad. Se ha simplificado todo al sí o no, pasando por alto la reforma institucional como elemento indispensable para crecer y aceptarnos sin quebrar el permiso paterno.

El Govern catalán ha despreciado cualquier alternativa con la esperanza de un  convite incierto que espera que paguemos los españoles. La respuesta no es matarlos de hambre, sino comprender el carácter de cada ingrediente del conflicto con el auxilio de una reflexión sólida.

Teresa Velasco Castillo


martes, 26 de septiembre de 2017

La sanidad, ¿vela por la salud?


Seguramente, si has tratado con alguien mayor que tú, habrás oído aquello de que antes no existían tantas enfermedades, pero ¿existen realmente? Y, de ser así ¿cuál es su causa u origen?, ¿se debe el incremento de patologías únicamente a la mutación de microorganismos?

Desde el origen de la medicina con Hipócrates, son muchos los elementos que se han ido introduciendo en el ámbito farmacológico y de la salud, si bien, lo que más debería llamar la atención de los medios es la insondable tergiversión del célebre juramento hipocrático que sentó las bases para una práctica consecuente de la disciplina.

Ya en la República de Platón vimos cómo la sociedad enferma surgía de un conflicto de intereses entre nuestra posición como mercenarios y artesanos ante un mismo escenario. A día de hoy, la brecha entre el negocio de la enfermedad y el enfermo es tal, que preferimos cronificarnos y asumir los gastos en lugar de afrontar el abismo.  ¿Dónde queda el valor humano por tomar parte de la sociedad que nos rodea?

Asumimos que los gastos en investigación para sacar un nuevo fármaco a la luz son enormes. Casi tanto como lo que gana un futbolista. Pero basta leer la letra pequeña del prospecto para conocer los efectos secundarios.

En 2012, un artículo del British Medical Journal señalaba que, frente a los 1.300 millones de dólares que se cree, cuesta esta inversión, el coste medio de un nuevo medicamento se sitúa en torno a los 60 millones, de los que un 84% es financiado entre el Gobierno y el consumidor. Esto es, la empresa farmacéutica alcanza tasas de ganancia del 20%, superando ampliamente el 15,8% de los bancos comerciales a los que tanto nos cuesta rescatar.

Esto debería bastar para motivar al sector hacia el avance y descubrimiento de productos cuya función final es la de salvar vidas. Sin embargo, el círculo del 99 extiende su mancha también hacia la salud y, con la idea de prolongar el negocio, en lugar de curar enfermedades nos convierten sistemáticamente en pacientes. Las enfermedades llevan a las medicinas que llevan a más enfermedades y, así, el crecimiento pasa a ser exponencial.

Existen, no solo estudios, sino artículos y reportajes que deberían abrirnos los ojos al respecto, si bien los medios de masa, principalmente el telediario, no ayudan demasiado.
Si definimos a la farmacéutica como un sector empresarial que pretende la ampliación de su beneficio con el mínimo de costes, no debemos entender el sector de la comunicación como algo muy distinto. Cuando en el mercado se introduce un nuevo producto, éste será noticiable por el factor novedoso y, por consiguiente, se destacarán sus propiedades haciendo hincapié en el gran avance que supone para la humanidad.  Nada que ver con la realidad.

Los países conceden patentes por 15 años a las empresas farmacéuticas que comercializan su producto como marca registrada durante este tiempo. Una vez la patente expira, el producto se convierte en genérico y su explotación se extiende a todo el público. Es entonces cuando la industria “invierte” en lo que se conoce como medicamentos “yo-también”; una gama de fármacos que suplen las mismas funciones que el anterior con un pequeño diferencial.

Según datos de la FDA estadounidense (el organismo que autoriza a la venta de estos fármacos) solo un 20% de la inversión se destina a productos que aportan una mejora terapéutica notable. El resto serían medicamentos “yo-también”.

Mientras tanto, siguen aumentando las cifras de fallecidos por las conocidas como enfermedades “olvidadas”, en su mayoría enfermedades tropicales que no interesan al negocio.
 En 2001, el grupo Médico Sin Fronteras publicó un informe titulado Desequilibrio fatal donde se concluye que las patologías que afectan principalmente a sectores deprimidos de la población mundial no tienen demasiadas opciones terapéuticas disponibles y no se pretende su investigación.
El 90% de los recursos sanitarios se dedica a la investigación de enfermedades que afectan solo a un 10% de la población, localizada, obviamente, en países desarrollados.

Al final, cuesta más camuflar todo este esquema de negocio que una práctica consecuente y profesional en el ámbito de la salud y conseguir un organismo verdaderamente independiente que regule el sector. Pero harán falta muchos lectores de letra pequeña para cambiar la forma gráfica del prospecto.


Teresa Velasco Castillo


lunes, 18 de septiembre de 2017

Vuelve la luz de los sueños

Buenos días. Comienzo la semana compartiendo este poema de temática rutinaria y algo contagiado de hastío. Espero que lo disfruten más allá de su contenido. 

Vuelve la luz de los sueños, luego de no haber dormido,
después de no haber despertado, colocando a cada cuál en su sitio,
viene, abriéndose paso, inexorablemente lo mismo.

Suceden los días por el cansancio de las cosas,
deshojando ocasiones, deshabitando el cielo de estrellas.

Así, en la vigilia, soporte malogrado,
rigurosa costumbre por que pasan a ciegas
las cosas más bellas por el ojo humano

¿Hacia qué lado emprende el vuelo la gaviota?
¿Cuál destino augura a aquellos ríos?,¿ en qué mar
desembocará la espera?

Puede volver el sueño, a sorprenderme despierta,
a esparcir de disimulo mis grietas
a matar el tiempo y con el tiempo al poeta.

Puede venir y visitarme la muerte
con su áspero perfume y su ahogada presencia.
Expropiar a la felicidad del deseo,
exiliarme del vacío de no tenerte

Y así, en la condena del sucederse,
esperaré con anhelo de sus labios consuelo
hasta verme arrojada a la luz de los sueños.




Teresa Velasco Castillo. 

miércoles, 13 de septiembre de 2017

LA REPÚBLICA DE PLATÓN

Hice este resumen con la única intención de entender mejor mi lectura y hacer más provechosa la misma. Comparto este trabajo para todo aquel a quien pueda serle útil. 

RESUMEN

La República o El Estado constituye un conjunto de diálogos durante los cuales Sócrates trata de ilustrar a los jóvenes y de alcanzar una conclusión acerca del hombre justo a partir de la creación de un “Estado justo”.

La obra se compone de diez libros a través de los cuales el diálogo toma su forma y por los que pasan diferentes interlocutores, algunos de los cuales representativos de una forma de pensamiento y otros como meros elementos secundarios que permiten sostener la trama.

Libro 1:  Aunque formalmente no se encuentre dividido en secciones, el tono del diálogo, aparición de personajes e hilo argumental permiten separar este libro en una primera parte de carácter más introductoria y una segunda, más extensa, que constituye los cimientos para el resto de libros.

Primera parte

Sócrates y Glaucón son invitados a conversar con Céfalo y Polemarco (padre e hijo respectivamente) en su casa.
La conversación que aquí se reproduce comienza como un encuentro habitual entre dos amigos o conocidos donde entre otros aspectos, Céfalo destaca la visión de la vida que le otorgan los años. Es entonces que Sócrates pregunta acerca de la economía a su amigo y abre con ello el tema que nos acompaña durante todo el libro: ¿en qué consiste ser justo?
Para Céfalo vivir bien, es hacerlo conforme a las leyes, pagar las deudas, dar a cada cual lo que se debe, cosa que le permite el dinero. Sócrates anula sin mucha complicación esta idea al trasladarlo al plano de la amistad. Si un amigo nos presta un arma, nuestro deber es devolverla, pero si sabemos de antemano que éste no se encuentra en su sano juicio mental ¿hacemos bien en poner una pistola en su  mano?
Interviene entonces Polemarco para matizar que la justicia es “hacer bien al amigo y mal al enemigo” lo que deriva en una respuesta algo más elaborada donde debemos hacer frente a varios elementos de una misma cuestión:

a)      cómo hacer bien a un amigo
b)      qué es un amigo
c)      ¿puede un hombre justo hacer mal a otros?

Para hacer bien a un amigo, todos convienen en que es necesario partir de un conocimiento de aquello que le hace bien, y este conocimiento, es lo que va a establecer las bases de la justicia para Platón, el principio de especialización.
Cada artesano posee una serie de conocimientos particulares en su arte que debemos trasladar a un saber de carácter global para hallar al hombre justo. La filosofía, que se pregunta por la totalidad de todo aquello que existe, sería por consiguiente necesaria en una sociedad justa.

Segunda parte

Trasimaco, sofista poderoso que rechaza la metodología retórica de Sócrates, interviene en el diálogo de forma abrupta y agresiva para defender el comportamiento injusto como el más provechoso para el hombre y dando una visión particular de la justicia como aquello que es más beneficioso para el más fuerte.
Por esta norma, el más fuerte haría las leyes a su juicio, y el cumplimiento de las mismas por el resto de civiles sería aquello necesario para la sociedad justa.
Sócrates, en respuesta, no niega del todo la valía del hombre fuerte, sino el hecho de su actuación egoísta. Para Sócrates, debe gobernarse pensando en el pueblo y siempre en base al conocimiento, por encima de la fuerza. De este modo plantea la hipotética situación de que el líder se equivocase en sus leyes provocando una disonancia al hacerlas respetar, pues se dañaría a si mismo a través del pueblo. Pero esto no vale a Trasimaco que defiende la figura del líder como la de un hombre incapaz de equivocarse.
Retomamos aquí el elemento de la especialización. Cada arte tiene un objeto propio de beneficio y la del gobernador es el beneficio de aquellos a los que gobierna. Igual que un médico velará por la salud de su paciente, el jefe de Estado lo hará por los miembros de su polis.
Trasimaco, ya batido, recurre a la imagen del pastor poderoso y sus borregos: ¿piensa el pastor en el beneficio de su rebaño?

Aunque Sócrates creía dar por cerrada la conversación, la cuestión de Trasimaco deja inquietud entre los jóvenes que, aun admirando los valores que se atribuyen a la justicia, coinciden en que el hombre, por naturaleza, obra de manera injusta en el momento en que encuentra ocasión. Para personificar tal enunciado, Glaucón cuenta la leyenda de Gijes, pastor del rey de Lidia. El humilde pastor, un día, encuentra un anillo que le otorga la posibilidad de volverse invisible y, de este modo, empieza a cometer toda clase de injusticias cuando no puede ser visto.

Para Sócrates no es sencillo enfrentar este punto, y, aunque ofrece algunas soluciones superficiales en el segundo libro, necesitará trasladar la cuestión a nivel de Estado para dar con un resultado convincente ante la audiencia.

Para justificar la necesidad de ser justo, además de insistir en la virtud que se atribuye al concepto, Sócrates habla aquí de la justicia como medio para lograr un fin de supervivencia. En una polis especializada, la justicia se vuelve necesaria para velar por los intereses de cada individuo, igual que un equipo de trabajo necesita de leyes para poder coordinar bien sus destrezas y obtener un resultado óptimo.
Es necesario, por consiguiente, un arte global que regule el resto, para que intereses mercenarios no entren en conflicto con el único interés que debería regir cada arte: el beneficio de su objeto de trabajo.

La justicia queda entendida como una forma de organización que permite el cumplimiento adecuado de las tareas de la ciudad, pues virtud se entiende aquí como algo que permite cumplir correctamente la función de cada cosa.


Libro 2: De los interlocutores presentes, marchan Trasimaco y Polemarco, quedando así Sócrates con Glaucón y Adimanto.
Siguiendo con el libro anterior, Glaucón y Adimanto piden a Sócrates que de motivos de por qué la justicia debería ser deseable por sí misma y no por las consecuencias socio-económicas o de conveniencia que lleva aparejadas.

Es aquí donde comienza la construcción del Estado de Platón. Lo que es justo para el hombre, argumenta Sócrates, debe serlo para el Estado, así que trasladando todo este principio a un macrocosmos, daremos con el hombre justo.

Para Sócrates y Adimanto es sencillo. Un Estado justo se corresponde con aquel donde la especialización y división de tareas permiten satisfacer las necesidades básicas de la vida, con la cooperación como herramienta base. Pero Glaucón va más allá y, etiquetando tal sociedad de “cerdos”, propone una serie de lujos que permitan no solo vivir, sino vivir bien (gastronomía, ocio, excedentes, etc.).

Este modelo que propone Glaucón es lo que Sócrates denomina sociedad “enfermiza”, aquella con la cual se abre la posibilidad de vivir mal. La ampliación de la polis implica la introducción de escasez y con ello la guerra por los elementos materiales.
Como solución, Sócrates introduce la figura del guerrero, una nueva clase de alma irascible que se irá definiendo a lo largo de los libros que siguen.


Libro 3:

Primera parte

Al igual que la ciudad consta de un macrocosmos y un microcosmos, el alma tiene varias partes: una apetitiva que predomina en los artesanos y otra irascible que reflejan los guerreros.
Según esto, la figura del guerrero no busca la satisfacción de deseos económicos, sino que se ven impulsados a actuar por vocación. Dentro de la imagen análoga que se emplea para ejemplificar esta jerarquía, el guerrero se correspondería con el perro guardián del rebaño, constituido este último por los artesanos.
Para que este sistema funcione, además de un pastor (filósofo) del que se hará mención más adelante, es necesario que los guerreros no se corrompan y para ello se hace fundamental la educación.
Es aquí donde Platón muestra uno de sus lados más dictatoriales, pues lo primero para el control de su polis pasa por censurar la poesía, toda mitología que no muestre al Dios como todopoderoso y benévolo, todo instrumento que no incite a la guerra o a la calma, e incluso toda forma narrativa que pueda conducir a ambigüedades. Aunque de un lado, la idea de una educación desde la infancia, y de una igualdad para mujeres en ésta es un concepto moderno para la época, entendido desde la visión de Platón, se trata más bien de un adoctrinamiento dirigido siempre hacia el bien estatal.

Segunda parte

Una vez acordada la educación del guerrero, Sócrates introduce al final de este libro un concepto importante: la mentira noble.
Esta idea consta a su vez de dos partes: una primera donde, a fin de que toda la población actúe en beneficio del Estado, se entiende el mismo como “la madre” de todos. Esto es, se da a entender que todos somos hijos de una misma madre tierra y por tanto hermanos, concepto nada alejado de los cimientos del cristianismo.
En una segunda parte, para velar por el principio de especialización y mantener la jerarquía filósofo-guerrero-pueblo, se da a entender que cada individuo al nacer es mezclado con un metal y, en función de la proporción que de éste tenga, le corresponderá una función u otra. Así, los individuos constituidos por el oro en su mayor parte, tendrán un alma de carácter racional y podrán ejercer de filósofos guardianes. Los que hayan sido forjados en plata serán guerreros y, como ya se ha descrito, tendrán un alma irascible que actuará por encima de intereses económicos en busca de valores que satisfagan al espíritu.
Por último, los mezclados con bronce o hierro en mayor proporción, constituirán la clase artesana o rebaño.
Esta jerarquía es de carácter “natural” para Platón, y solo sería un reflejo de las virtudes o capacidades de cada cual. Sin embargo, para el autor es necesaria la introducción de esta mentira si se pretende el orden social y estable.

Libro 4: Adimanto, al considerar la educación y estilo de vida trazados durante el anterior libro para los guerreros, hace notar que éstos no podrán ser feliz sin un bien propio, actuando solo como servidores del Estado.

Sócrates responde insistiendo en el espíritu característico de esta clase, que busca el bien común y no el del individuo e insiste nuevamente en que una buena educación conforma un buen carácter.
Pasan entonces a delimitar los conceptos que se derivan del nuevo Estado constituido:

a)      Sabiduría. Una ciudad bien guiada debe constar de conocimiento como ya se vaticinaba desde el primer libro. Esta virtud es la que permite al guardián ejercer de forma adecuada su función.
b)      Coraje. Reside en los guerreros como elemento dominante
c)      Templanza. Armonía o acuerdo implícito entre todas las clases. Es la dinámica natural que nos lleva a querer el trabajo para el que somos aptos.
d)      Justicia. Producto final de lo anterior. Armonía establecida por la naturaleza entre la parte superior e inferior de una sociedad o particular.
Descubren con todo esto que lo que establecieron de un principio, al fundar su Estado, como deber universal e indispensable, es la justicia que buscaban. Que cada ciudadano no debe tener más que un oficio, aquel para el que desde su nacimiento ha descubierto sus mejores disposiciones.
Después de esto, queda trasladar de nuevo la cuestión a un nivel de microcosmos, esto es, reflejar cada uno de los órdenes del Estado y su subordinación en el individuo. Para ello, y partiendo del principio de no-contradicción, se establecen las partes del alma.

Libro 5: Una vez trazado el modelo de sociedad ideal, los jóvenes piden a Sócrates que explique cómo ejecutar a modo práctico todo lo anterior.
Sócrates deja claro que no es ese su objetivo, si bien cede y habla de las “tres olas” como aquellos elementos a superar para la reforma radical de su sociedad.

a)      La primera oleada constituye la igualdad entre sexos a nivel social y educativo. Esto implica también compartir vestuarios, pues el instinto sexual queda relegado a la reproducción. Platón, en este libro, politiza lo erótico, racionaliza el deseo sexual para que sirva únicamente a la producción de niños/as y estos al beneficio del Estado.
b)      Comunidad compartida en su totalidad. Platón quiere eliminar como agente social a la familia de cara a evitar todo conflicto entre intereses que puedan llevar al individuo a actuar en otra línea que no sea la del beneficio del Estado.
c)      Figura del filósofo rey. Definir al verdadero filósofo nos llevará a la división entre el mundo sensible e inteligible que constituye la parte principal de la ontología de Platón. ¿ Cómo distinguir al filósofo auténtico del mero amante del espectáculo o lo estético? Esta es la pregunta con la que comienza la introducción de elementos de cada “mundo”. Para el filósofo el objeto de interés está en las Ideas, y su virtud reside en el conocimiento, mientras que para el amante del espectáculo la percepción se remite a objetos sensibles, a la multiplicidad aparente que todos percibimos y, por consiguiente, solo alcanzan a la producción de opiniones.

Libro 6: Después de convenir en el filósofo es la mejor figura para ejercer de guardián y de revisar los conceptos anteriores, Sócrates profundiza en el concepto de Idea, y la división entre lo sensible e inteligible.

Primera parte: el barco del Estado

Para su defensa del filósofo como mandatario, Sócrates recurrirá a la imagen o metáfora del barco. El Estado es un barco y su dueño la ciudadanía. En torno al dueño hay una tripulación ansiosa por coger el timón, los políticos, que mediante sus mañas particulares drogan al dueño y toman el timón. Aquí, el filósofo no es más que un hombre en la cubierta haciendo cálculos y contemplando el cosmos que nos resulta extraño. Para Sócrates el problema reside en que la ciudadanía no busca o solicita al filósofo que los dirija y, éste, que no tiene el deber de rogar a nadie, prefiere retirarse a su mundo de contemplación.

Segunda parte escala ontológica

Las Ideas son aquello que subyace bajo la multiplicidad de las cosas físicas y el alma, que en vidas anteriores las ha vislumbrado, desarrolla el pensamiento para la recuperación de esos recuerdos. El impacto de las cosas físicas en la experiencia, junto con el razonamiento es lo que lleva al proceso de recuperación. Así como en el sueño incorporamos elementos de nuestro día, nuestra realidad sensible es un reflejo de las Ideas, esto es, constituye un nivel de realidad inferior a la realidad inteligible.

Si dos o más cosas comparten algo en común, ese algo corresponde a una Idea. Por ejemplo, el dibujo de un caballo y un caballo salvaje, comparten la idea de caballo. Así, aplicado al mundo de las ideas, donde también existe una escala de realidades, todas las Ideas comparten la Idea del Bien. Pero, ¿qué es el bien? Descartado el placer y el conocimiento como respuestas, Platón introduce en este libro la famosa alegoría del sol para la aclaración de su pensamiento.

Igual que el ojo puede ver las cosas en el mundo sensible solo si hay luz, la mente captará las ideas solo si estas son iluminadas por la Idea del Bien, que, dentro de la escala ontológica constituiría el nivel más cercano posible a la realidad.

La luz, además, permite el crecimiento y desarrollo de la naturaleza de igual manera que el Bien no solo hace las ideas inteligibles, sino que las sostiene en su ser, esto es, permite su existencia, situándose por encima de este proceso, a una escala superior, igual que lo hace el sol con respecto a nuestro planeta.

Libro 7:  Para la profundización y esclarecimiento de los matices que escapan a  la analogía del sol, Platón introduce en este libro el famoso “mito de la caverna” que mediante elementos pictóricos e imágenes reproduce las mismas ideas de la “línea dividida”.

La línea dividida, viene a completar los elementos de cada “mundo” que comienzan a trazarse desde el libro 5 a través del análisis del filósofo rey y su distinción del amante de la estética. De un lado tendríamos los elementos de la mente y de otro los objetos, así como a su vez encontramos nuestra línea ontológica dividida entre el mundo sensible e inteligible.

Los elementos que del mundo visible se desprenden son los mismos a los que alcanzaba a producir este amante de la estética o espectáculo: la opinión o doxa. Pero dentro de esta realidad también damos con diferentes niveles: un primer nivel más alejado de lo real que serían las imágenes como copia de las cosas, y otro segundo donde encontramos las cosas físicas como reflejo de las ideas. Las imágenes permiten a nivel de la mente la obtención de conjeturas, mientras que las cosas físicas nos permiten adquirir creencias.

En el plano inteligible, contamos con hipótesis e Ideas, y, sobre ellas la Idea del Bien. Las hipótesis, muy similares a las Ideas se logran  mediante particulares sensibles mediante un proceso de razonamiento como el del matemático que descubre una nueva fórmula.
Las Ideas, como ya mencionamos, han sido vislumbradas anteriormente y su recuerdo se retoma a partir de la transformación de la psique, por intelección dentro de las ideas mismas.

Mito de la caverna

Además de contener los elementos anteriormente expuestos, Platón aprovecha esta alegoría para reincidir en el carácter particular del filósofo, su necesidad en el gobierno y lo infravalorado de dicha figura.

En este supuesto, nos encontramos ante un conjunto de prisioneros que tan solo han visto en su vida las sombras que el fuego proyecta en la pared de una cueva. Uno de estos prisioneros es liberado y asciende hasta el mundo inteligible, representado como la vida fuera de la cueva. Esto provoca un proceso por el cual, una vez superada la ceguera provocada por el sol, el individuo descubre la realidad y decide bajar a la cueva para liberar al resto. Al llegar, sin embargo, es rechazado por sus compañeros de celda que no creen en tal revelación de la realidad y que consideran su mundo de sombras más veraz que lo que el filósofo pueda contarles.

De esta pequeña historia aún se establecen comparativas con autores, teorías, o sucesos de nuestra actualidad sociopolítica. La moraleja va más allá de la toma de conciencia acerca de lo limitado de nuestro mundo. Se puede hablar de una cultura de masas cuya voluntad se alza sobre el auténtico conocimiento del filósofo, de un estilo de vida enclaustrado por lo que nos permiten conocer y conocemos a través de personas, experiencias empíricas o medios.
Se puede establecer un paralelismo con el descenso de Zaratustra desde la montaña para la comunicación de su vislumbramiento o, si queremos ser más originales, podemos observar las similitudes entre los conceptos del Maya y Brahman hindúes y las Cosas e Ideas de Platón.
Incluso en nuestro anterior resumen de Ser y Razón de Amor vimos como Carabias Aguilar concebía también diferentes estadios de realidad dentro del mundo que conocemos.

Libro 8: Una vez que Glaucón, Adimanto y Sócrates han concluido que el Estado ideal es una aristocracia de reyes filósofos en la que exista comunidad de mujeres e hijos, educación igualitaria en música y gimnasia, y guardianes sin propiedad privada, se pasa al análisis de otras formas de gobierno procedentes de los diferentes caracteres de los hombres.

Estos regímenes imperfectos, según se describen, son degeneraciones del sistema político ideal, esto es, el aristocrático. Así, en este libro, Sócrates emplea el discurso de la Musas como imagen para explicar cómo la aristocracia deriva mediante su mal gobierno en la timocracia y, desde aquí degenera en el resto de estados objeto de análisis: oligarquía, democracia y tiranía.

Nivel general

El peligro de la aristocracia surge en el momento en que los magistrados ignoran los cambios de la naturaleza, descuidando así la reproducción de la especie humana y su educación en gimnasia y música. Según Platón, “las generaciones divinas tienen un período que comprende un número perfecto, pero respecto a la raza humana hay un número geométrico, cuya virtud preside las buenas y malas generaciones”.

De este modo, al no distinguir los guardianes entre la descendencia de mala índole y las razas puras, la población de oro se mezcla con el hierro y el bronce desatando el caos social. El régimen derivado es la timocracia, carente de gobernantes sabios que en su lugar son emplazados por hombres de carácter simple  ansiosos de poseer riquezas tal como en los estados oligárquicos.

La corrupción por el amor al dinero conllevará con el tiempo a la corrupción de leyes y de ahí nacerá la oligarquía: un Estado en el que se venera al dinero despreciando la excelencia y los hombres buenos.
Al ejercer los ricos el mando, el Estado queda dividido en dos clases que luchan por destruirse en vez de contribuir a la mejora de su país. Asimismo, se perderá el principio de especialización y una parte de la ciudadanía, los zánganos, dejará de contribuir con su arte al Estado.

En este punto, comenzará a forjarse la democracia. El deseo insaciable por enriquecerse quebrará el sistema oligárquico, pues, llegará el momento en que los pobres detecten la falta de valía de los ricos y se hagan con el poder, repartiendo los cargos y  la  administración de negocios entre ellos.
En este sistema, aparentemente, existe una diversidad y libertad satisfactoria, si bien, una vez más el principio de especialización se ve amenazado en el momento en que cada cual tiene la libertad de elegir su profesión ignorando los principios de la naturaleza.

Ya por último, aparece la tiranía, como consecuencia del excesivo amor por la libertad del sistema democrático.

Platón habla de tres clases sociales dentro del Estado democrático: los zánganos, los ricos y el pueblo, la clase más poderosa en este sistema. Así, en las asambleas, aquellos que las presiden actuarán como voz del pueblo para enfrentar a los ricos, quienes realizan el reparto de riquezas siempre favoreciendo su clase. El enfrentamiento entre los líderes y los ricos llevará al pueblo a escoger una figura en quien confiar sus intereses: un tirano que se presenta como bueno, pero que, una vez en el poder, llevará a cabo toda clase de injusticias para perpetuarse como líder.

Nivel particular

Al igual que el hombre justo se corresponde con el Estado justo que se viene forjando durante la mayor parte de la obra, a cada uno de estos gobiernos le corresponde un individuo concreto cuya degeneración es descrita por Platón mediante relatos esquemáticos que mueven la cuestión a un plano familiar cerrado.

El hombre timocrático surge de un padre que huye de un estado mal organizado y caótico y que sufre las críticas de una madre de carácter apetitivo y fogoso. El hijo (hombre timocrático) se debate entre la voz racional del padre y la de su madre, inclinándose finalmente por esta última.

El hombre oligárquico será fruto (al igual que en la degeneración estatal) del hombre tiránico. En este caso el hijo quisiera seguir los pasos de su padre, pero “viendo después que su padre se ha estrellado contra el estado, como una nave contra un escollo”, cambiará la ambición de su predecesor por la avaricia, preocupándose por la acumulación del dinero y no por su consumo.

El hombre democrático: el hombre avaro y oligárquico tiene un hijo que educa en sus mismas ideas. Este nuevo individuo tendrá innumerables deseos de carácter superfluo, esto es, aquellos  cuya presencia, lejos de ocasionarnos un bien, puede perjudicarnos a largo plazo. Vivirá al día y, sin saber distinguir los deseos necesarios de los innecesarios, llenará el vacío del alma de insolencia, anarquía, libertinaje y desvergüenza y empleará eufemismos, trasladables a nuestra realidad, para cubrir las fealdades de sus vicios.


Libro 9: El nacimiento del hombre tiránico.

Será en este libro donde se complete el anterior discurso y se de cierre a la obra a partir de las tres pruebas que ponen de manifiesto por qué el hombre injusto es más infeliz que el justo en respuesta al Trasimaco y su defensa del hombre injusto. La cuestión, trasladada a nivel del Estado, es si resultaría factible un tirano feliz.

Recordando el anterior libro, se matiza la distinción entre deseos necesarios e innecesarios y se introducen aquellos deseos que “surgen durante el sueño”. Los necesarios, coincidiendo con la definición que de ellos hace Epicuro, por ejemplo, son aquellos estrechamente relacionados con las necesidades físicas, aquellos que pueden saciarse. Los innecesarios, para Platón, son aquellos perjudiciales para el cuerpo, por ejemplo, un atracón que sobrepasara la mera necesidad de saciedad y llevaría a intoxicar nuestro organismo.
Los deseos que surgen del sueño, sin embargo, son los más preocupantes para Platón que, como hemos visto, reprime toda clase de instinto alejado a lo racional. Estos deseos surgen del inconsciente y actúan de forma terrible al no existir mecanismos de freno durante el sueño.
La solución que Platón ofrece es calmar la parte apetitiva del alma antes de dormir mediante la reflexión y el estudio.
El hombre tiránico surge de estos últimos deseos. Si el padre democrático situaba lo necesario e innecesario en un mismo plano, su hijo, el tirano, buscará saciar también esos deseos salvajes que se engendran en la parte más irracional del hombre. Este individuo no dudará en robar, matar y violentar a cualquiera, empezando por su propio padre, si ello le permite mantener sus riquezas. Y, como su carácter será el de un “borracho, erótico o lunático”, la necesidad de renovación de tal riqueza será continua.

Es fácil ver en este punto que el Estado tiránico es infeliz pues se trata de una sociedad dependiente de la locura y perversión, pero, ¿es el hombre tirano el más infeliz? Platón ofrece tres argumentos para esta pregunta:

a)      Un tirano vive dominado por el miedo al posible levantamiento del pueblo esclavo y su venganza.
b)      En el segundo argumento Platón vuelve a hacer hincapié sobre la figura del filósofo y la división tripartita del alma. Podemos distinguir tres tipos de placeres, tres tipos de figura en el Estado ideal y tres características fundamentales del alma. Pues bien, de los tres placeres, los más básicos se corresponderían con la parte apetitiva, los del respeto y la fama se corresponderían al guerrero y el amor por la sabiduría con los filósofos. Serán estos últimos los únicos capaces de experimentar los tres tipos de placeres y discernir entre aquellos de mayor calidad gracias al razonamiento y la inteligencia.
c)      Por último, solo el filósofo es capaz de experimentar el conocimiento científico, la excelencia del alma, el verdadero placer que subyace bajo la idea equívoca que la mayoría tiene del placer, siempre visto desde una perspectiva comparada.

Ya para cerrar la cuestión Sócrates pide a sus oyentes que imaginen a un monstruo de mucha cabezas, unas de animales pacíficos y otras de bestias feroces. A este le añade la imagen de un león y un hombre. La justicia equivale con esto a la capacidad del hombre de conducirse con el monstruo como un entendido labrador, auxiliándose en la fuerza del león. Esto es, la habilidad de lograr armonía entre las partes evitando la proliferación de bestias feroces y propiciando el nacimiento de animales pacíficos.

Lo más ventajoso para el hombre, en resumen, es dejarse conducir por un guía sabio, que, en caso de no encontrarse en su interior, vendrá de modo extraño mediante el auxilio de la ley en un estado forjado sobre los principios del alma tripartita y las tres figuras que se derivan de la madre naturaleza.


Libro 10:

Reglamento sobre la poesía

Antes de dar el diálogo por acabado, Sócrates resalta, como una de las virtudes de su Estado, el reglamento sobre la poesía trágica que se forjó durante el libro 5 con motivo de servir a la educación ideal del guerrero.
La base sobre la que sostiene su censura artística proviene de las consecuencias de la imitación. Glaucón pide entonces que explique la naturaleza de esta imitación y para ello Sócrates se vale de una comparación sencilla:

Tenemos como objeto una cama y como aspirantes a su autoría están Dios, el carpintero y el pintor.
Dios sería el auténtico autor en tanto que crea la esencia de tal cama. De otro lado llaman obrador al carpintero que con su trabajo alcanza un segundo nivel de realidad, algo más alejado a la idea misma de cama.
Por último tenemos al pintor, quien con su obra no alcanza más que a la imitación, tal como si enfocásemos un espejo a la naturaleza para obtener el sol, los astros o los árboles solo en apariencia, no en su verdad.

Ocurre algo similar con la poesía trágica, de la cual Homero es máximo representante. El conocimiento de estos alcanza a la imitación de tercer nivel, porque si estuvieran realmente versados en el conocimiento de lo que imitan no dedicarían todo su esfuerzo a la producción de meras imágenes.

A partir de esta idea, Sócrates distingue tres artes que “responden a cada cosa”: el arte que se sirve de ella, el que la construye y el que la imita.
El que conoce las propiedades del objeto transmite su conocimiento al obrero que trabaja bajo la fe de sus instrucciones.

El imitador, sin embargo, ni siquiera conversa con el que conoce la materia, luego no solo no conoce las propiedades de su producto, sino que no tiene opinión fija acerca de ellas.

El arte del imitador, a su vez, busca complacer las partes inferiores del alma apelando a lo emotivo frente a la racionalidad en la que se apoyan ciencias como la matemática. La poesía trágica se relaciona con el carácter irritable y cambiante incitando a la parte apetitiva del alma en vez de al autocontrol.

Inmortalidad del alma

Cerrada la explicación sobre la naturaleza de la imitación, Sócrates expone las recompensas ofrecidas a la virtud a partir de su teoría sobre la inmortalidad del alma, pues es preciso que estas recompensas sean de precio infinito.

Cada cosa, para Platón, consta de un bien y un mal propio, entendiéndose el mal como aquello que la corrompe y, finalmente disuelve. Solo este mal puede acabar con la cosa de que se trate. Esto es, solo la enfermedad entendida como el mal del cuerpo puede acabar con este y, así, aunque un factor externo provoque dicha enfermedad (un alimento caducado) será el mal interno de la enfermedad el que acabe por destruir nuestro organismo.

El alma, sin embargo, aun pudiendo ser corrompida y alterada por la injusticia y sus vicios, no logran estos disolverla y, si una cosa no  puede ser disuelta por su mal, no puede serlo por nada.
Aunque en vida sean muchos los premios que a largo plazo logre el hombre justo, será después de la muerte cuando reciba los más grandes y es así que concluye la obra con el Mito de Er:

Er, el armenio, fue un varón que tras caer en el campo de batalla, fue llevado a incinerar, pero poco antes de ser quemado despertó y volvió a la vida pudiendo contar cómo su alma había llegado a las puertas del cielo. En estas puertas, había, tal como cuentan también numerosas religiones, jueces para distinguir l as almas justas de las injustas. Los tiranos, explica, son arrojados al suelo (infierno) donde unos hombres de fuego los encadenarán y apalearán violentamente.

Conclusión


Sin más pretensión que la de esclarecer los conceptos básicos recogidos durante los diez libros de esta obra, y a modo de sumario, podemos concluir:

-         Que la obra se consta de una parte ontológica como base para el desarrollo de una ética. Esta base queda constituida por la línea dividida, donde se establecen los diferentes niveles de realidad a partir de una abstracción absoluta como es la Idea del Bien. A esta parte también corresponde el Mito de la Caverna como alegoría explicativa de tales conceptos.
-         La parte ética se centra, no solo en definir al hombre justo, sino en establecer la forma de gobierno más acertada y, con ello, va aparejado el principio del alma tripartita sobre el cual se fundamentan las tres figuras clave de la sociedad platónica: el artesano, el guerrero y el guardián.
-         El principio de especialización y la armonía de cada sector social en un trabajo hacia el bien común son los cimientos del Estado ideal según el autor.
-         Numerosos elementos, entre ellos la mentira noble, la convivencia en comunidad, o el concebir a Dios como a un ente superior que sirve de referencia en la educación de la clase guerrera, son fácilmente comparables con el cristianismo. Asimismo, la idea de eliminar cualquier elemento privado de la clase guerrera o compartir a las mujeres, relegando el sexo al plano único de la reproducción para el mantenimiento del Estado, es equiparable a la práctica extrema del comunismo e incluso de cualquier forma ideológica llevada al extremo.
-         Platón se muestra disconforme a cualquier muestra de expresión artística fuera de los textos formales, el clasicismo y la producción científico-objetiva y acusa a la tragedia griega de Homero de imitar realidades a tercer nivel, así como de incitar a las pasiones propias del alma concupiscible.
-         El uso del diálogo como metodología para la inducción y revelación de verdades sirve, junto con las representaciones metafórico-pictóricas para hacer de la República un libro más que accesible al público independientemente del conocimiento filosófico que éste tenga, si bien, también es un medio para afrontar aquellas áreas donde los argumentos sólidos destacan por su ausencia. Esto es, allá donde no puede alcanzar con la razón, Platón introduce mitos como el del último libro, el mito de Er, o “leyes de la naturaleza” que no constan de base empírica, como en el caso de la jerarquía social que pretende establecer.
-         La formación de un Estado solo sirve de macrocosmos para encontrar al hombre justo, objetivo de todo el diálogo, por lo que la aplicación práctica de su modelo de gobierno no viene comprendida entre las intenciones del autor.
-         La República o el Estado permite la comprensión de pensamientos posteriores y facilita el estudio de muchos autores pertenecientes a estas etapas.
-         A nivel personal, y a pesar de mi desacuerdo con muchas de las ideas que en la obra se exponen, considero esencial la lectura de Platón, y me quedo con “el hombre justo” (en mi caso mujer) que llevamos dentro, más allá de la forma de gobierno que rija en mi país.


Por: Teresa Velasco Castillo