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La vida es irónica:
Se necesita TRISTEZA para conocer la FELICIDAD, RUIDO para apreciar el SILENCIO y AUSENCIA para valorar la presencia

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miércoles, 14 de agosto de 2013

LA LUNA



A veces la envidio, sí. Tan lejos y tan cerca del mundo, observándonos en nuestros quehaceres, observándome mientras escribo. 
¡Cómo la envidio! Ella está ausente de ruidos familiares y fantasmales, de niños, grifos y fuegos artificiales que no dejan surgir ideas. En fin, la luna... hoy un poco más afortunada. Va por ella: 


Al trazar la avenida la imagino inclinándose en asuntos de oficina: 
lo hace al modo en que los críos asoman sus cabelleras a las pupilas del mundo. 

Al modo en que éstos sueñan, cuando la oscuridad domina,
con esa franja lechosa, 
salpicada de canicas embusteras. 

Niña pegajosa de preguntas que no hallan llaves, 
morena de vientre de olivo y canto suave, 
que canta a la vida sencilla como canta el marino en los bares. 

Te imagino inclinarte pura, 
sin aditivos, ni juegos de encaje: 
lo haces al modo en que las palabras restan holgura al silencio, 

al modo en que un diamante brilla sobre falsos engastes, 
luces, como un Guernica bajo el umbral de los portales. 

Muchacha entre rascacielos de preguntas fascinada, 
luciérnaga en la noche, rescoldo en la moraga, 
quinceañera negligente que mis versos talla. 

Al buscar en tus ojos te veo inclinarte entre retazos de suspiros: 
lo haces triste, solo por el hecho de saber que el amor se acaba, 

al modo en que hacemos cruces tras los reversos del día festivo, 
lloras, como un anciano al que los años han vencido. 

Dama cansada de tablas, 
cuya voz se apaga entre canas. 

Recuerda: una vez hubo un instante por el que el tiempo no pasaba, 
y quedan hoy retazos de luna llamando a ras de mi ventana. 

(Teresa Velasco Castillo Málaga a 14 de Agosto 2013)

domingo, 4 de agosto de 2013

CON DERECHO A NO DECLARAR EN MI CONTRA





¿Y si llega el día en qué todo se descubre? Tal vez ese día las preposiciones firmen su tratado de paz con el caudillo o quizá este acabe siendo ejecutado junto a su familia de sinónimos imperfectos: a fin de que, para que, con el objeto de…

Dicho sea de otro modo ¿y si damos muerte al pragmatismo? ¿Sobreviviría el comunismo? ¿Nuestros políticos tal vez?

Escribir por escribir, amar por pasiones divorciadas de su razón y resolver  autodefinidos  del Diario Sur sin un “para” podrían ser ejemplos contrarios al desarrollo que tanto hemos criticado este curso.

Pero ¿para qué todo esto? Se preguntarán los lectores más ávidos.


Me doy cuenta de que nos meten muchas ideas en la cabeza, sin reflexionar demasiado. Ideas comunes, ya precocinadas, en las que creemos a pies de juntillas. Ideas que un día, sin saber por qué (sin renunciar al “para qué”), se convierten en actos reflejos. Actos en detrimento de nuestras propias opiniones. Opiniones contrarias a una vida que pierde luz conforme gana verdad.

¿Por qué no basarse en inducciones caprichosas? ¿Por qué nos empeñamos en forjar un sistema de verdades con sus premisas y sus problemas? ¿Por qué no conformarnos con el estío? ¿Por qué un “porqué”? ¿ y qué si actuamos como animales que somos? ¿o es que acaso somos ya civilizados?

Demasiadas preguntas “para” un discurso de preposiciones con carácter formal.

 Disculpen las molestias una vez más.

 Nadie peor que una escritora por encargo “para esto”. Pero en fin, pensar es gratis, así que no duden en hacerlo si “pretenden” un espíritu claro con conciencia de pez.

(Teresa Velasco Castillo Málaga a 4/8/2013)