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La vida es irónica:
Se necesita TRISTEZA para conocer la FELICIDAD, RUIDO para apreciar el SILENCIO y AUSENCIA para valorar la presencia

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lunes, 31 de julio de 2017

El amor como...


Dedico este poema a la gente de mi tierra, a los biznagueros que hacen arte y no lo saben...


El amor como esas siestas de verano
que dejan las ventanas empañadas,
los cristales del alma,  los sentidos
sus cálidas caricias al oído en la mañana

El amor como un volcán de versos
volcando su lava hacia el poema,
como la novia del pene que es la pena,
se cuentan los dolores que me encienden

El amor es ese tipo de persona
que siempre mira al vacío y no hace nada,
los olores más tristes y el sol más sonoro
que esconde un poeta en su mirada

El amor es una forma elemental de arte
y la practico hasta la náusea que provoca.
Es una droga que pago con mi cuerpo.
Es un sueño que despierto en cada cosa.
Es libertad y prisión en  misma boca.

Quiero, amor, que lo comprendas
que el amor son los años uno vive
y  uno vive apenas un epílogo.

Que el prólogo es la infancia que se olvida
y los años no vividos son la vida.





Teresa Velasco Castillo

lunes, 24 de julio de 2017

Mis manos andarán...



Mis manos andarán descalzas por algún sendero de tu cuerpo.
Lo sé, algún día, me lo dijo el mensajero de estos versos.
Más bien pronto o más bien tarde, cuando me ponga a pensar en nosotros,
habrá un lugar donde yo me venga, de algún modo, a tu encuentro.

Después vendrán llamaradas, muerte y vida en la misma frase.
Tantos besos que se hicieron para ser acomodados en tu piel.
Vendrán los días que te quiera y que te odie hasta el día en que me faltes.
Vendrá la luna que en tus ojos cierras, más bien pronto o más bien tarde.


Andará mi vientre buscando tu cabeza como un sol declinando,
como un río de hojas detenidas, como un recuerdo con la faz de porcelana.
Serán las calles de julio en septiembre o la intemperie de agosto en abril.
Más bien pronto o más bien tarde, me lo dijo alguien disfrazado de ti.

Y los dos seremos para el otro, como todos los días en que te quiero.
Me lo dice tu pelo por mi cuello, la raíz medio en ruina de mis venas.
Tus manos son enredaderas y mi aliento el aire que las lee.

Seremos, lo sé, por el fantasma de mis 24 febreros,
por tanto sol muriendo de sed sobre la arena.
Allá donde tu quieras ser mi muerte, yo por siempre tu vida seré. 




 Teresa Velasco Castillo

jueves, 20 de julio de 2017

He pasado toda la noche...




He pasado toda la noche sin dormir observando
la soledad que hace en mis palabras sin ti.
He pasado la noche soñando, y no he dormido,
viendo al azul suicidarse en rosicler.

He cerrado los ojos para escribirte en mi mente
una anáfora al comienzo del beso:
Quién se atreviera, quién te sintiera...
Que me perdone la  vida si le plagio los versos
para hacerte aquí, más presente en esta espera.

No he dormido esta noche, si mi memoria no falla,
Y tu recuerdo es mi mejor retórica al silencio.
Han transcurrido las horas y aún sigo en la batalla
De engañar tu ausencia con la soledad de mis palabras.

 Teresa Velasco Castillo


sábado, 15 de julio de 2017

Jailer

Contigo en la distancia...

En este inmenso silencio, en esta noche
En qué lugar se esconde tu cuerpo
En qué vacío se escribe mi aliento
En qué conspiración de invisibilidades
Tengo la opción de tocarte

Dime en qué rincón puedo ceñirme a tu carne
Dónde dejar de ser tu memoria
Dónde tengo que firmar
Para  borrarme del pasado
Y llegarme hasta el fondo de los fondos sin hundirme

Que alguien me explique este misterio de vivir,
Porque a veces me pregunto si estoy viva
En este inmenso silencio en que me erguí del sueño
Me pregunto, en este cuerpo sin tu cuerpo
Hacia la inútil tentativa de los versos, si estoy viva

Y me estremece pensar que lo estuviera
Que esta prisión de huesos se mantenga
Sin el sonido martillante de las llaves,
Haciendo melodía mi carcelero
Allá tan lejos de mi cárcel y mi encierro.


 Teresa Velasco Castillo


domingo, 9 de julio de 2017

Habla, dialecto e idioma

Para analizar el conglomerado de factores que confluyen en la generación de sentimientos sobre la lengua regional, basta respirar las diferentes variedades hispanohablantes que en cualquier conversación de tetería podemos aprobar. Desde los discursos independentistas, hasta la aproximación más transparente al castellano  inscriben su identificación dialectal en una tensión.

Pero, ¿hasta qué punto trasciende el orgullo por una palabra? ¿no es acaso el silencio el mejor de los universales para el entendimiento? O tal vez esa hiedra trepadora que quisiera alcanzar tu lengua común es el mejor ejemplo de comunicación que puedo darte.

Digamos que la actividad del habla estriba en construir un producto diferenciado, mientras que el idioma constituye la marca originaria del elemento en sí. Una suerte de pasillos de supermercado donde el catalán ocuparía los estantes mejor pagados y el andaluz vendría a ser el homólogo de la Cola Hacendado.

Yo hablo andaluz. Tengo la suerte o la desgracia de llevar el cabello tintado por los colores blanco y verde, aunque en mi raíz soy una ilicitana canosa con bajo rendimiento en inglés. Menos nada. Nada menos. Aprendí el valenciano, lo olvidé. Trabajé como una hormiga obrera, no muy convencida del más acá. Las palabras más bien se borran en lo que fui y van convirtiéndose fascinantemente en huella los aburridos sermones que un día creí muertos.

Aprendí definitivamente a hablar el día en que te conocí. Y no fui ya menos niña por ello, ni sentí rencor o vergüenza por ser lo que hablo. Pongo amor en cada beso, como en cada parpadeo cuando no comprendo lo que dices. Me invento lo que no sé. Porque la creación es un dialecto que me fascina, no sé muy bien aún por qué. Lleno cada día de memoria la brecha inexorable entre Norte y Sur. La temible diferencia de costumbres que nos lleva desnudos desde el frío invierno hasta el oasis del verano.


Y soy presente. Aquí y ahora y tan consciente de que el lenguaje no puede ser unívoco que me siento a pensar en todo y solo pienso en ti y en tu risa: lo que se niega a concurrir en un sistema gramatical propio.

Teresa Velasco Castillo

domingo, 2 de julio de 2017

El error más bonito cometido


Que me digan que de poesía no se vive, pero que no me quiten de vivir de la poesía. 

Rompí con el papel y con la tinta. Puse fin al corazón que disparaba.

Viajé sin moverme de mi silla y seguí fallando en lo que sabía.

Comprendí que de poesía no se vive.

Mas aquí estoy en lo inútil de los versos,
convencida por completo de lo incierto.

No tengo ya alma, sino sombra de guardar tanto tiempo y tanta tinta.

Soy arcada de palabras que se traban,
fracaso que arrastro a gran distancia
con un libro bajo el brazo y sin dinero.

Pero tengo algunas cosas claras
y  mi Ser ya no está en deuda conmigo.

Tu desnudez sigue siendo mi alimento

y  el error más bonito cometido. 


Teresa Velasco Castillo