Que me digan que de poesía no se vive, pero que no me quiten de vivir de la poesía.
Rompí con el papel y con la tinta. Puse fin al corazón que
disparaba.
Viajé sin moverme de mi silla y seguí fallando en lo que
sabía.
Comprendí que de poesía no se vive.
Mas aquí estoy en lo inútil de los versos,
convencida por completo de lo incierto.
No tengo ya alma, sino sombra de guardar tanto tiempo y
tanta tinta.
Soy arcada de palabras que se traban,
fracaso que arrastro a gran distancia
con un libro bajo el brazo y sin dinero.
Pero tengo algunas cosas claras
y mi Ser ya no está
en deuda conmigo.
Tu desnudez sigue siendo mi alimento
y el error más bonito
cometido.
Teresa Velasco Castillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario