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La vida es irónica:
Se necesita TRISTEZA para conocer la FELICIDAD, RUIDO para apreciar el SILENCIO y AUSENCIA para valorar la presencia

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lunes, 30 de julio de 2012

TESIS


Camino de vuelta a casa, “una noche a las diez de la mañana”, hacía yo estas reflexiones que meses atrás  se empezaban a construir en eso que  yo llamo “Tardes Irónicas”.
“¿Qué es la vida?” me preguntaba. Entonces, una retahíla de respuestas se agolpaba en la pantalla y creaba  junto a los recuerdos una simbiosis  digna de admiración. Sin embargo, no supe redactarlas. Véase aquí el resultado:

La vida es una prueba de resistencia, una cicatriz, una plaga de besos  flagelando el género humano. La vida es lo que uno se proponga. Lo que uno decide que sea.
 La vida es su sentido. El aroma de un recuerdo sujeto a mi piel. Libre por completo de responsabilidades, aunque solo sea por una noche.

 La vida es creer que aprovechamos el tiempo, sin saber que es el reloj quien nos consume. Convenir  en la circunstancia. El otro. El tercero. Aquellos que nos quisieron. Nuestros padres.
El caso es que, ya en la frontera de los veinte, he  renunciado a la mayoría (sino a todos) los sueños de la infancia, sin más auxilio que Internet, las palabras y la prensa. Sin más filosofía que mi atletismo.

Antes era fácil. Si estudiaba a Descartes la razón era mi bandera. Si, en cambio, trabajábamos sobre la “amoral” nietzscheana, nada tenía sentido.
Ahora no sé qué hacer, ya no me acuerdo. Ya no recuerdo el sonido de la tiza, ni las cuatro preguntas de Kant, ni los sueños aún con esperanza y la desesperanza con convencimiento de ángeles que vuelan sin alas.

 El caso es que a mis diecinueve la vida no es más que un montón de frases hechas. Algo por descubrir. Eso que pasa, como dice una amiga, mientras desenvuelves los auriculares de un diminuto invento repleto de canciones.  Probablemente  esta tenaz búsqueda de su sentido no es más que una adolescencia tardía, y esas canciones, la fuerza invisible con que nos movemos.

 La existencia.  La única Tesis que me ocupa. Ironía. Optimismo atávico que nos permite la supervivencia. Atletismo. Libertad. Vida.

Aquí el enlace con el programa (primera aparición en TV):
http://www.canalsuralacarta.es/television/programa/tesis/42 

viernes, 20 de julio de 2012

No es Tiempo de silencio...


No sabría estimar si se trataba de 20000 o 30000 personas, pero en la plaza de la Merced no se cabía.  Algunos  ondeaban banderas tricolores, otros dejaban  que el viento se hiciese cargo de serpentear las siglas de su sindicato. Imágenes que pasarán a la historia. Miles de ciudades unidas en una sola ciudad. Miles de voces fundidas en la protesta. Una población informada y exigente dispuesta a luchar por lo que pueda venir.
Miles  de malagueños se echaron ayer a las calles en contra de unos recortes que de momento no parece que vayan a cesar. Una crisis que no parece encontrar la salida.



La marcha empezó descendiendo la Alameda de Colón hasta incorporar la multitud a la Alameda Principal. Los grupos repartidos entre distintos puntos del recorrido fueron anexionándose hasta doblar la esquina en la Plaza del General Torrijos. Aquello parecía ciencia ficción. Aquello “acojonaba”.
 Por el túnel de la Alcazaba podían leerse reproches hacia la presidencia que se repetían en cada pared y en cada poste.

Como sucede en las películas y, a veces, en noticias lejanas, las calles habían quedado revestidas  de escarapelas. Los oídos a penas tenían tiempo de restablecerse de los silbatazos entre petardo y petardo, y la vista, aturdida por tanto estímulo, volvía sus ojos hacia los ojos de mi  padre en señal de aprobación, como si quisiera creer lo contemplado.

Mis recuerdos sobre estos eventos no se remontaban más que  a una minoría hasta ayer. No sabría estimar de cuántos se trataban, pero juraría que Málaga, en el tiempo que la conozco, no había tenido manifestaciones como ésta.

Al llegar a la Merced, las voces de una melodía se alzaron sobre los zumbidos de las bocinas. Guitarras al final del túnel anunciando un proceso de cambio impreciso.
No sabría estimar cuántos eran. Los sindicatos calculan una cifra de más de 100000 personas. En muchas de sus pancartas podían leerse mensajes ingeniosos, y algunos, incluso, se atrevieron a acudir en pañales.


Entre los carteles que hoy destaca la prensa  el  “no te calles, defiende tus derechos”  parece haber dejado huella.

Ruido.  Reflexiones propias expresadas en público, un descontento común se hace eco de la situación. Abucheos, pitidos, voces que claman un empleo digno. Más ruido. Explosiones, jaleo, bullicio. No es tiempo de silencio. 

(Málaga a 20 de Julio de 2012 Teresa Velasco)

domingo, 15 de julio de 2012

Pienso en ti


No es que falten noticias, que siempre las hay, pero puestos a construir nuestro mundo prefiero hacerlo con poesía... ya volverá la rutina y los eventos y las carreras. Prefiero pensar que en verano hace calor y nada más. Que el mundo se para y no hay más noticias. 
Estos versos van dedicados a una amiga de las de siempre. No hace falta decir nada más:

Pienso en ti, caudal metafórico de versos caídos,
 cuando  regreso a un pasado de edades tempranas.

Pienso en ti, aunque no lo creas, cuando me toca la madrugada
con su dichoso disfraz de promesas.

No me encuentro ya en tus ojos, ni en tus labios
que palabras incesantes han borrado.

Pienso en ti cuando regreso de la tierra
y me duele cada año que ha pasado.

Pienso en ti, no te engaño,
Que los días son silencio sin calma,
 La noche,  preludio de una gran estocada.

Pienso en ti, aunque no lo creas, y zarpo lejos del olvido.
Busco el silencio entre las sombras,
pero siempre me encuentro con el ruido.

 Sed irreprimible y sincera. Nada me llena, nada me sirve.

Imagen de temida madurez que se instala.

Pienso en ti. Mirada distante.

Busco tu pupila entre pupilas imprecisas.

 Apariencia que se deshace. Traje de seda. 
   
Esperanza que expira con el humo de la prisa.

Pienso en ti. Pensamiento. Nada más de ti me queda.


(Teresa Velasco Castillo Málaga a 15 de Julio de 2012)

martes, 3 de julio de 2012

¿Qué es el poema?

Por fin llega el verano y los eventos se disipan del calendario. Por fin la atmósfera se relaja y deja al tiempo libre para su reflexión. Por fin queda espacio para la poesía, para preguntarnos ¿Qué es el poema?
Aquí dejo algunas de mis ideas al respecto:


Una sospecha entreabierta que no tiene sentido abrigada. Que no puede ir desnuda. Una mujer que no sabe qué ponerse. 

La poesía es el bosquejo de una confesión, el diseño de una mentira. Una confidencia íntima expresada en público.

Escribir es suplicar que vengas a poblar de calor mi empeño. Como pedir al sol que arrope en invierno, cincelar sombras en el deseo.

Un poema es otra manera entre tantas de salir corriendo, una forma sutil de insulto. Escribir es el modo más bello y más cobarde para decir “te quiero”.  

La poesía es como el niño que miente a su madre. Cada verso es un  trazado en  nuestro autorretrato, un lunar en nuestra piel. Cada palabra nos delata.   

 Poesía es la arena que resbala entre tus dedos como esas gotas de lluvia que se juntan  para escapar. Escribir es traerse un puñado de estrellas a la cama, nombrar la ausencia del que se ama, dar soporte al impulso de la noche. Poesía es la espera que separa amaneceres, la luz que empaña los recuerdos.

Poesía es el arte de mentir sobre los escombros de una verdad. Es construir mansiones en un barrio de chabolas, jugar con los límites de la hermenéutica. Escribir es fundar.
Escribir es aguardar con calma a que vengas.

 Como esperar con las manos vacías y la cabeza llena de pájaros. Escribir es dejar que el tiempo decida a su manera.

Un poema es una amistad, una vida, una ilusión, nuestro bar. Poesía es el hielo que se funde entre suspiros, que se hunde al final de nuestra tónica. Escribir es surcar horizontes dibujando sueños con la ironía.

(Málaga a 3 de Julio 2012 Teresa Velasco Castillo)