Aquí dejo algunas de mis ideas al respecto:
Una sospecha entreabierta que no tiene sentido abrigada. Que
no puede ir desnuda. Una mujer que no sabe qué ponerse.
La poesía es el bosquejo de una confesión, el diseño de una
mentira. Una confidencia íntima expresada en público.
Escribir es suplicar que vengas a poblar de calor mi empeño.
Como pedir al sol que arrope en invierno, cincelar sombras en el deseo.
Un poema es otra manera entre tantas de salir corriendo, una
forma sutil de insulto. Escribir es el modo más bello y más cobarde para decir
“te quiero”.
La poesía es como el niño que miente a su madre. Cada verso
es un trazado en nuestro autorretrato, un lunar en nuestra piel.
Cada palabra nos delata.
Poesía es la arena
que resbala entre tus dedos como esas gotas de lluvia que se juntan para escapar. Escribir es traerse un puñado de
estrellas a la cama, nombrar la ausencia del que se ama, dar soporte al impulso
de la noche. Poesía es la espera que separa amaneceres, la luz que empaña los
recuerdos.
Poesía es el arte de
mentir sobre los escombros de una verdad. Es construir mansiones en un barrio
de chabolas, jugar con los límites de la hermenéutica. Escribir es fundar.
Escribir es aguardar con calma a que vengas.
Como esperar
con las manos vacías y la cabeza llena de pájaros. Escribir es dejar que el
tiempo decida a su manera.
Un poema es una
amistad, una vida, una ilusión, nuestro bar. Poesía es el hielo que se funde
entre suspiros, que se hunde al final de nuestra tónica. Escribir es surcar
horizontes dibujando sueños con la ironía.
(Málaga a 3 de Julio 2012 Teresa Velasco Castillo)
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