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La vida es irónica:
Se necesita TRISTEZA para conocer la FELICIDAD, RUIDO para apreciar el SILENCIO y AUSENCIA para valorar la presencia

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jueves, 23 de enero de 2014

TAN SOLO PALABRAS

La semana que viene empiezo los exámenes. El primero de ellos es de diseño, así que, para no perder la costumbre he "diseñado" un collage en el que muchos, espero, se verán reflejados. No hace falta ser un gran poeta, ni un intérprete, pues tan solo se trata de palabras. Se trata de ver ese momento en el que realmente sentimos el impulso de la juventud corriendo en nuestras venas. Esa falsa verdad que por un instante nos hace ser el centro del mundo. La fe que nos eleva hasta lo más alto para luego dejarnos caer. En fin... difícil de explicar. Espero que les guste. 



Tan solo sabíamos del impulso  ciego de dos manos
Cuando su unión es decisión inalienable,
Cuando solo oímos el sonido de la sangre
Como un tren a toda marcha recorriendo,
Todo aquello tan sensiblemente humano.

Tan solo  del  talento innato
que la luna procura a cada verso
Hicimos nuestro propio abecedario.

Indudablemente  también de la música inagotable
De la asfixia  de dos cuerpos al chocar:
Lírica de imágenes  que cobran vida  sorpresivamente,
 Alma sin pudor, desnuda de amor siempre,
Y continuamente del mar.

Alma aún por nacer te convenciste,
¿ qué rencor te hizo enfermar?

Sucumbiste  hendida y en tu seno 
 vacía de tantas cosas que nunca dije por temor.

Llegó como un cuchillo,
 como un veneno, como una araña
A tapiar con su guadaña el corazón.
Y aun estando tan cercano, y aun de haberlo sabido,
Aún me falta voz para acallar su ruido


Pero antes de que  puedan  las palabras a los días,
Espero la luz hacia el milagro de la vida.

 Pues tan solo ahora, este alma,
 desnuda de muerte a veces,
Y continuamente de del desamparo,

 tiene prisa de aquel pasado, distante, borrado y  preso,
Por encontrarte y encontrar un desenlace
al pulso equidistante de los besos.

Teresa Velasco Castillo Málaga a 23 de Enero 2014. 



domingo, 12 de enero de 2014

LA MUERTE COMO UN HECHO ANECDÓTICO


No sería la primera vez que hago un intento de poema bajo la estructura de nuestra querida muerte. Y más ahora, que tantos días, "a todas horas" siento su aliento tan cercano a mi. Otros, por el contrario, vuelvo a ser yo con veinte años y unas tremendas ganas de vivir que no me dejan llevar mi vida tranquila. En fin, cada cual está en el derecho de sacar su propia conclusión sobre el poema, sobre la muerte: dónde se encuentra, qué significa, qué busca cuando viene a buscarnos...



Morimos cada vez que nos miramos,
Cuando el mundo se acomoda en un vistazo,
Como cada mañana en  que cerramos
 nuestra última esperanza de un portazo

Mano a mano, paso a paso,  nos matamos,
A golpes de silencio nos morimos,
Morimos de fe del desamparo y nunca lo  bastante convencidos.

Morimos cada vez que respiramos,
Al instante justo de haber nacido
En este enigma sin sentido que es la vida
Nunca llegamos, tan solo morimos

Poco queda después en el camino
Nada suma, gratifica, sacia, siente
Nada importa una vez que se hizo tarde.

La vida, por extensa que parezca, nunca nos parece suficiente y
 morimos de inocentes, de culpables, ora fuerte, ora débil y cobarde.

Morimos de lluvias de febrero,
Y creemos cima la luz que acaso  presta.

Muero amedrentada entre tus labios,
Como cruzando en plena vía de esta vida nuestra.

A merced del ánimo cansado
Muero, simplemente, como muere
la gente normal,
 pobres, ilusos, y  lectores,
empapados de sudores cotidianos.

 Cada vez que hacemos pausa en la lectura,
Morimos a renglón seguido,
de un sol en que jamás nos deparamos.

Morimos diariamente, a todas horas,
En la espuma del cigarro que no cesa,
atemperada compañía del aroma,
 de las olas  seductoras del café.

Morimos en conjunto, de las claves
Con que cada uno  cifra su experiencia.

Partimos obviando  en el aire inerte,
 el hecho de tener una existencia,
En el pulso permanente con la suerte,
 Que la muerte, a fin de cuentas, no es tan grave.




Teresa Velasco Castillo Málaga a 6 de Enero de 2014