- A la búsqueda de buenas noticias en un fin de semana nublado
- “(…) La felicidad es una elección, no una condición”
Dicen en las escuelas de periodismo que no es noticia que un perro muerda a un hombre, pero sí lo es, sin embargo, que un hombre muerda a un perro.
No es que quiera volver la cabeza y fingir, pero el mundo está lleno de buenas y malas noticias y, es más, somos libres para cambiar nuestra percepción de la vida a pequeña escala y contribuir a la vez a transformar el mundo. Cosas del Platero.
El caso es que se puede. Hoy me he levantado pensando que se puede elegir nuestro éxito sin que éste haya de ir escrito en ninguna carta, y que puede, que la alegría que sentimos cuando gana nuestro equipo o la tristeza de un “mal día” no sean más que hábitos que se adquieren con mucho tiempo y paciencia. Solo debemos visualizar nuestros objetivos, Imagine.
No necesitamos pedir nada a Dios, ni hacer estudios sobre la creatividad. Disponemos de recursos suficientes para aprehender la respuesta que “está soplando en el viento”.
Este fin de semana lo he dedicado por completo a la sociología y coincido con Max Weber en que las ideas ejercen un fuerte peso sobre el desarrollo de las sociedades.
Las tribus urbanas se forjan en función de una ideología, una religión, unas costumbres y mi amiga concibe su mundo en base a la lluvia de ideas que chapotea sobre el toldo de su circunstancia. También yo lo hago de forma inconsciente a veces.
El problema es que tendemos a ver el vaso medio vacío y las malas noticias sobran. Lo normal no es ser objetivos, a pesar de que aspiremos a ello, sino extender la gota de tinta negra y hacernos los “Calimeros”. Es mucho más fácil.