Para todos aquellos que me han apoyado a lo largo de mi carrera como estudiante, corredora y persona. La muerte súbita en el deporte es algo más que un reportaje al uso. No se trata de salir del paso, sino que es un trabajo construido desde el entusiasmo y el compañerismo. Es por ello que agradezco especialmente a Jessica haberme dado la oportunidad de vivir algo diferente.
La
muerte súbita en el deporte
Se producen entre 40 y
50 casos al año
Este fenómeno continúa
siendo un misterio para la medicina
El riesgo de muerte
súbita en hombres es un 40% mayor que en mujeres
Los dos apuntaban lejos.
Miraban siempre hacia adelante. Ninguno quiso conformarse con los aburridos
sermones de sus padres.
Apenas si habían
cumplido veinte años cuando ostentaban orgullosos la camisa de su
equipo. El presente era un sueño prometedor, un futuro libre de rendir cuentas
a nadie.
Ambos marcaron con
pisadas, no exentas de altivez, los céspedes visitados. Y ambos se vieron
abocados al mismo destino: la muerte. Un final del todo conocido, porque como
ya apunta con tono irónico el doctor Jerónimo García Romero “El ser humano tiene una mortalidad del 100%”.
Así, de todos es
conocida la muerte del sevillano Antonio Puerta y el barcelonés Daniel Jarque,
cuyas vidas se apagaron allá donde una
vez vieron iluminarse sus proyectos. Tenían
23 y 26 años cuando aquello sucedió.
Tres años después la
vida sigue. La lluvia se encarga de limpiar conciencias. La televisión y una
ensalada de nuevas imágenes llenan poca a poco la memoria. Pero… ¿qué es la
muerte súbita?, ¿en qué consiste?, ¿a quienes afecta?
Bebés, jóvenes y mayores
de 35 años. Son patologías que nada tienen en común según a qué sujeto se
refiera.
Jerónimo García Romero, director del
Departamento de Medicina Deportiva en la UMA, señala que “hay que distinguir entre los más
jóvenes y aquellos que sobrepasan los 35
años”.
Respecto a los primeros
señala que “este tipo de casos responden a patologías congénitas aún no
diagnosticadas”. Muy distinto sería el caso de los infantes que “ciertamente son más difíciles de explicar”.
En noviembre de 2010, la
doctora Araceli Boraia subrayó a los medios que se producen entre 40 y 50 casos anuales de muerte súbita.
Así lo confirman las estadísticas. De
los siete millones de deportistas menores de 35 años en España, cabe esperar
una muerte cada 300.000.
Las causas de una
muerte inesperada
Se
encontraba cansado y pensó que lo mejor era pasar la tarde recostado en su
habitación. Eran las seis de la tarde, acababa de despertar de una larga siesta
y el aburrimiento comenzaba a atacarle.
Se le ocurrió llamar a la persona que
realmente disfrutaba escuchando: su novia.
Daniel
estaba verdaderamente ilusionado con el hijo que vería nacer en poco más de un
mes. No dejaba de pensar en ello. Le parecía preocupante pasar demasiado tiempo
alejado de su futura esposa y del bebe que ya se imaginaba acunado en sus
brazos. Pero así era su trabajo, en eso consistía el deporte de élite.
Era
verano, el equipo del Espanyol había viajado a Italia para comenzar una intensa
gira de emocionantes partidos. El joven de 26 años acababa de ser nombrado
capitán de su equipo.
Dani
Jarque cogió su móvil y marcó el número de teléfono de su novia. Comenzaron una
agradable conversación, en la que no paraban de declarar el amor que sentían el
uno por el otro.
De
pronto, Dani sintió una extraña punzada que
paralizó su cuerpo. Se lo comunicó a ella, quien, al otro lado de la
línea, no tuvo tiempo de escuchar nada
más. Daniel se había callado para siempre.
La muerte súbita ocurre, a más
tardar, una hora después del comienzo de los síntomas. Es poco frecuente, si
bien casos de gran repercusión mediática, como el de Daniel Jarque o Antonio
Puerta, ponen de relieve que ésta afecta a personas en plena actividad física.
En El deportista, según Zeppelli (1933), se trata de una “muerte que
ocurre dentro de una hora del inicio de los síntomas agudos, en coincidencia
temporal con la actividad deportiva y en su ausencia de una causa externa que
de por sí pueda provocarla”.
Aquel
ocho de agosto de 2009, con una sensación de nerviosismo incontrolada y con un
miedo aterrador que le recorría todo el cuerpo, la compañera de Daniel Jarque
marcó el teléfono del Hotel donde se
hospedaban los futbolistas del Espanyol. Poco después, el médico del equipo
entró a la habitación. Dani estaba desplomado frente a su portátil. Había
sufrido una parada cardíaca.
La muerte súbita o síncope del
atleta es producida por enfermedades del corazón o por exposición a sustancias
energizantes.
Sin embargo, según recoge Iríbar en
“Escapar de la muerte súbita”, son mucho menores los casos por dopaje. Más
concretamente, como agrega el Dr. Guzmán González solo el 20% de las veces la
muerte súbita en deportistas se relaciona con dopaje.
“La toma de estas sustancias ocasiona otro tipo
de problemas cardíacos y en el caso de bebidas energéticas, el término medio o
sentido común es lo que vale”, señala el doctor Jerónimo García Romero al
respecto.
Se habla de “síncope cardíaco”
cuando esta pérdida del estado de alerta procede de enfermedades del corazón.
El síncope puede tener origen neurológico, metabólico (hipoglucemia) o
conversivo, como las crisis de ansiedad.
El
doctor Cervera intentó reanimar a Daniel
y para ello le practicó una resucitación cardio- pulmonar con un
desfibrilador, pero el joven futbolista no reaccionó.
Poco
después, al llegar la ambulancia, intervinieron
más médicos. Trataron una vez más
de devolver al joven futbolista a la vida.
Durante
una hora le administraron adrenalina y atropina pero fue imposible hacer nada
por Daniel Jarque, el cual nunca había
tenido ningún problema cardíaco.Su muerte se debía a una asistolia no
desfibrilable.
Daniel,
un jugador moldeado en la cantera españolista, un líder del vestuario de
intachable trayectoria llegaba a su
punto álgido el 19 de julio del año 2003, cuando Tamudo le cedía el brazalete
de capitán del Espanyol. Con él disputó
el partido inaugural del nuevo estadio españolista, un estadio que hoy, muchos
piden, pase a llamarse Daniel Jarque. A
penas tenía 26 años cuando aquello sucedió.
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Dani Jarque luciendo su brazalete |
En la conferencia de Sevilla el 17
de octubre del pasado año Francisco Trujillo declaraba que “las causas de estas
muertes en deportistas menores de 35 años son completamente diferentes y de
mucho menor incidencia que las de
deportistas mayores de esta edad”.
Según los testimonios del jefe de
Cardiología del Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz, las enfermedades
genético-hereditarias jugarían un papel muy relevante entre las primeras causas
de muerte súbita en jóvenes:
“Muchas de las muertes súbitas son
causadas por malformaciones congénitas del corazón que podrían ser descubiertas
con pruebas convencionales”, señala.
Jerónimo García Romero anota al
respecto que “en gente joven esta muerte suele producirse por arritmias, es
decir, por un desorden en las pulsaciones. Eso produce que el corazón entre en
fases de latido no eficaces para sacar adelante a una persona”.
Las arritmias pueden manifestarse
bajo efectos de una droga, o en un movimiento brusco dentro de la vida
cotidiana, lo mismo que en estos casos se ve desencadenada con el ejercicio
físico.
Por su parte, Maron, Epstein y Roberts (1996)
informaron para la revista Ciencia,
Deporte y Cultura Física, sobre las causas más frecuentes de muerte súbita
en menores de 35 años. Éstas, coincidiendo con el diagnóstico de Trujillo, son
en su mayoría congénitas.
Un 50% de los casos como el de Daniel se debe a la
miocardiopatía hipertrófica: una disposición irregular de las fibras
miocárdicas que las hace competir unas con otras en cada contracción, lo cual
induce arritmias potencialmente mortales.
Autores españoles advirtieron
miocardiopatía hipertrófica en la mitad de sus casos; además encontraron
malformación coronaria, miocarditis por virus Coxaquie y alteraciones varias
entre los motivos del “síncope del atleta”.
El Dr.Guzmán González, según recoge
Cuauhtémoc Acoltzin en “La muerte súbita en deportistas”, agregó que el 78% de
estas alteraciones se relacionan con el síndrome de QT largo; un trastorno que
propicia alteraciones del ritmo cardíaco y que posee un trasfondo genético.
En cuanto a deportistas mayores de
35 años se refiere, los hallazgos de
autopsia muestran la cardiopatía isquémica como razón subyacente en un 80% de los casos.
La isquemia es
debida a una obstrucción del riego arterial que produce un desequilibrio entre
el suministro de oxígeno y sustratos necesarios para la demanda cardíaca. Se
trata de casos que, por lo general, guardan mayor relación con los malos
hábitos de vida. Y es que, tal como afirma García Romero, “quedarse en el sofá
es arriesgado”.
¿Se puede predecir
la muerte súbita?
La
muerte de Jarque se une a una amplia lista de deportistas que han perdido la
vida por causas similares.
Otro
trágico momento que la mayoría de los aficionados al fútbol recuerdan es la
muerte de Marc Viven Foe el camerunés murió tras sufrir un paro cardíaco el 22
de junio del año 2003 en un encuentro de la Copa Confederaciones.
Lo
mismo sucedió con Miklos Feher, el húngaro se desplomó en el terreno de juego
por culpa de un trombo embolismo pulmonar.
Son
los tres casos más conocidos que junto a la muerte de Antonio Puerta se unen a un gran número de deportistas que han
fallecido por causas similares. La pregunta ahora es ¿se podría haber evitado?
Según Luis Serratosa, del Servicio
médico Sanitas-Real Madrid, con una buena historia clítica, un especialista en
medicina puede detectar el 90% de las enfermedades cardíacas.
Para el 10% restante son necesarias otras
pruebas tales como electrocardiogramas en esfuerzo.
Pero como bien indica García Romero
“los siempre y los nunca no sirven en medicina y, en muchas ocasiones las
pruebas que se hacen los deportistas no detectan estas irregularidades”.
En este sentido se dan lo que en
medicina se conoce como “síntomas inespecíficos”, dicho en términos más
coloquiales el cuerpo te avisa de que no lo “maltrates”, pero sus señales son
muy subjetivas y confusas.
De los supervivientes se conoce que
las sensaciones son semejantes a un infarto, es decir, presión, sudor frío,
sensación de descomposición y otros dolores que irradian de distinto modo según
qué personas.
Aunque la mayoría de las víctimas no
se conocían enfermas, pues se trata de una muerte que ocurre sin previo aviso,
ésta suele acompañarse de otros síntomas que generalmente pueden ayudar a que
el médico sospeche la causa y diseñe el plan de tratamiento del enfermo.
Para prevenir casos, la American
Medical Association, Committee on the Medical Aspects of Sports recomienda que
todos los jóvenes que toman parte en un programa intenso de atletismo de
competencia se sometan antes a un examen físico.
A pesar de todo, la posibilidad de
detectar la causa en un examen cardiovascular previo es baja, porque no hay una
batería de pruebas que tengan una relación costo/efectividad adecuada.
El estrés, la tensión de la
competición o los entrenamientos más intensos pueden poner en evidencia muchos
de estos problemas, aunque, si prestamos atención a las Categorías de las
Evidencias Científicas, no está demostrado que la presión psicológica o la
tensión influyan de forma directa en este tipo de casos.
ANTONIO PUERTA:
Antonio Puerta falleció el 28 de
agosto de 2007 a las 14:30 en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario Virgen del Rocío
de Sevilla. La causa fue una encefalopatía postanóxica y oxígeno en el cerebro,
causada por el shock cardiógeno en el que se encontraba.
El diagnóstico final fue, por tanto, una
displasia arritmogénica del ventrículo derecho. Al igual que Daniel Jarque,
Antonio Puerta iba a ser padre, su novia estaba embarazada de ocho meses.
Comenzaba
la liga española de fútbol. Se disputaba el encuentro entre el Sevilla y el
Getafe.
El
partido se hubiera podido narrar como otro cualquiera si no fuera porque en el
minuto 28 ocurrió algo trágico que
conmocionó a todo el mundo dentro y fuera del terreno de juego. Todo quedó en
un tremendo susto: Antonio Puerta sufrió un desmayo y cayó desplomado en el
campo.
Ivica Draguntinovic corrió a su lado al darse
cuenta de que Antonio se estaba ahogando con su propia lengua. No dudó en
ayudarlo y le sacó la lengua para que éste no se la tragara.
Poco
después el jugador salió por su propio pie del terreno de juego. En los
vestuarios volvió a sufrir cinco desmayos más. Fue reanimado gracias a un
desfibrilador e ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del
Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, con “ventilación mecánica e
inestabilidad hemodinámica”. Fuentes del hospital confirmaron que el jugador
sevillista tuvo cinco paros cardio-respiratorios durante esa noche.
A la mañana siguiente los médicos dijeron que
estaba en situación “muy grave” y que aún temían por su vida.
El
parte médico emitido por el equipo médico del Hospital Virgen del Rocío que
atendió al jugador, señaló en aquel momento que “la situación del paciente,
después de 36 horas de ingreso sigue siendo crítica, como consecuencia de los
graves trastornos ocasionados por la parada cardíaca, incluyendo sufrimiento
cerebral.” Todo se agravaría con trascurso de las horas.
Un ángel del fútbol
Fabrice Maumba es reconocido por
la sociedad no solo por ser un jugador de fútbol, sino porque es el único deportista que pudo
escapar de la muerte súbita.
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Fabrice Maumba declarando a los medios |
El paro cardíaco que afectó en el
terreno de juego al cristiano del Bolton, Fabrice Muamba, provocó desde marzo
un esfuerzo de oración por parte de todos los futbolistas y las iglesias que ha
dado un resultado satisfactorio. Muamba, no solo sobrevivió al paro cardíaco,
sino que se ha recuperado milagrosamente.
“Le pedí a Dios que me protegiera
y él no me ha defraudado”, éstas son las palabras de Muamba, el centrocampista
del Bolton Wanderers, que se desplomó durante un partido de la FA Cup contra el
Tottenham en marzo.
Pero Muamba, ha demostró una recuperación
notable y al tiempo fue dado de alta en el Hospital London Chest.
En declaraciones al diario The Sun sobre su recuperación dijo: “Lo
que me pasó fue realmente más que un milagro”.
“Estoy caminando, eso prueba de
la fuerza de la oración. Estuve 78 minutos muerto y aunque había sobrevivido se
esperaba que sufriera daños cerebrales. Pero estoy muy vivo y sentado aquí
hablando ahora. Alguien allá arriba me ha estado cuidando. En la mañana del
partido le pedí a mi padre, le pedí a Dios que me protegiera y no me defraudó”.
Haciendo un recuento de sus
primeros pasos desde la cama del hospital, Muamba, dijo que se había sentido
“destrozado”:
“Yo sólo logré caminar unos cinco pasos de mi
cama, pero sentía como si había corrido el maratón de Londres.
Si bien no es seguro, si alguna
vez será capaz de volver a jugar a nivel profesional, Muamba, que todavía ama
el juego declara que “una vez que empiezo hacer malabares con la bola no quiero
parar”.
Parece que por ahora está feliz
de dejar todo. Incluso su futuro futbolístico, está en manos de Dios. “Sé que
estoy haciendo un buen progreso. Es demasiado pronto para decir si voy a jugar
al fútbol profesional de nuevo, pero yo tengo mucha fe en Dios y tengo la
esperanza de que lo sepa”.
Los límites: más
allá de la salud como frontera
La frecuencia cardiaca oscila entre 37/ min y 167/min en corredores de maratón, y
entre 51 y 162 en atletas mayores de 40 años. Sin embargo, no es extraño
encontrar situaciones en las que mujeres
y hombres de toda índole someten su cuerpo a un esfuerzo mayor del que
debieran.
Incorporar una actividad intensa tiene un efecto potente
en el cerebro. El ejercicio y el juego potencian la actividad celular y generan
neurotransmisores, en particular dopamina, norepinefrina y serotonina.
Aseguran los expertos, como el
doctor John Ratey, de la Universidad de Harvard, que cada día hay más
evidencias de que el ejercicio contribuye a regular el cerebro emocional. Sin
embargo, para un ejercicio de intensidad fuerte es necesaria una buena salud y
cuidado.
Pero, ¿tiene que ver la muerte súbita en el deporte con estos límites?
Como puede observarse, los casos más
mediáticos guardan relación con patologías congénitas que llegan a manifestarse con el ejercicio, sin
que éste sea su causa directa. Sin embargo, cabe mencionar que, cada vez más,
deportes como el ciclismo, o el
“running” se están popularizando
entre la sociedad occidental.
El doctor Jerónimo García Romero
señala la importancia de acompañar este ejercicio con una dieta equilibrada
para el buen efecto del mismo. Por otra parte, recuerda lo esencial de la
hidratación:
“Antes, los corredores de ultra fondo creían que beber en exceso podía
disminuir el sodio en la sangre, pero no se ha llegado a demostrar. Si bebes
más de la cuenta, lo único que ocurre es que orinas más.
La hidratación es
la única forma que tiene el cuerpo de equilibrar la temperatura.
La deshidratación, por tanto, podría
ser una causa de paro cardíaco en algunos casos”.
Deportes como los mencionados se
desarrollan en entornos muchas veces
desprovisto de un centro de atención donde acudir.
Muchos aficionados al ciclismo corren el riesgo
de deshidratarse.
“En una etapa del Tour de Francia
los ciclistas beben hasta cien litros de líquido”, señala García Romero.
Otro error en la práctica de
actividad física a nivel popular es el
“sobre entrenamiento”.
Jesús Bonet Teixeira, corredor del Playas de Málaga, añade que “una gran
mayoría de nosotros soñamos con subirnos a un pódium, sobre todo si ya lo hemos probado, así que ese afán por
intentar correr más sin un profesional que te guíe detrás es una de las razones
que llevan nuestra salud al límite”.
Pero ¿cuáles son esos límites?
Existen pruebas y exámenes médicos a
los que muchos jóvenes se someten antes de integrarse en un equipo.
Para casos más singulares, como es
el del síncope del atleta en menores de 35 años, se hacen necesarias otras
pruebas como electrocardiogramas en esfuerzo, según recoge Iríbar en su
artículo.
Pero como ya señala García Romero
“un coche es peligroso dependiendo de cómo lo conduzcas y, lo que no debemos
hacer es ir contra el sentido común”.
Jesús Bonet coincide al respecto:
“creo que el límite está en ser conscientes de lo que podemos y no podemos
hacer. Normalmente no tenemos a ningún profesional que nos asesore y los
límites de lo humano son increíbles. Por tanto, no podemos hablar de un límite fijo
para todos los deportistas”.
Asimismo, destaca la necesidad de
una buena preparación y una “cabeza bien amueblada” para acometer retos
exigentes como el maratón: “Total, corramos lo que corramos, estaremos bien si
no nos obsesionamos”.
REPORTAJE FINAL ELABORADO PARA LA ASIGNATURA DOCUMENTACIÓN INFORMATIVA POR: TERESA VELASCO CASTILLO Y JESSICA RUÍZ REPISO
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