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lunes, 23 de octubre de 2017

Carrera Urbana de Málaga 2017: mucho más que una prueba multitudinaria.

Se engrosen o no las cifras, es evidente que la pasión por el “running” ha ido increscendo en los últimos años y, en su 39 edición por las calles más céntricas de Málaga, la carrera del Corte Inglés reunió ayer a cerca de 20.000 corredores de todas las edades.

Ahora bien, calzar las deportivas un día al año no te hace corredor, ni mucho menos atleta, igual que escribir un libro no significa ser escritor, ¿o sí? ¿qué requisitos cumple un corredor para ser considerado como tal en su esencia? ¿existe un manual relativo que recoja los pasos a seguir para convertirse en atleta?

Es probable, pero la respuesta es más simple que todo eso. Se trata de algo contundente, una idea comparable al texto de Rilke con el que despejaba mis dudas camino de otro lunes, mientras leía la reflexión de Daniel Moscugat acerca de ser o no ser poeta:

<< Entre en sí mismo. Investigue el fundamento de lo que usted llama escribir, compruebe si está enraizado en lo más profundo de su corazón; confiésese a sí mismo si se moriría irremisiblemente en el caso de que se le impidiera escribir.>>

En otras palabras, si usted muere un poco cada vez que no corre, entonces, tenga por seguro que es un atleta. Si alguna vez, de reojo, ha mirado con miedo su talón dolorido. Si con cada zancada siente que disipa sus fantasmas. Si el reloj es su refugio y su enemigo. Entonces, amigo, está perdido, porque no hay intervalos ni avisos de la boca al corazón y viceversa.

Confieso, más para mi que para el resto, mis ansias de “eterno limitado” y alabo las formas numéricas del desorden de los pasos. La corriente del tiempo, cuando corres, se estrecha más hacia el minuto presente y usted lo sabe, amigo, si hubo un momento en que dijo “quiero ser atleta” o lo que es más grave “quiero acabar un maratón”.

Así se fue tejiendo un sentimiento inefable que sostiene estas dos piernas que cruzan un año más la meta. Una prueba como un vaso de agua dulce, que fue mi reto, mi maratón y mi horizonte más virgen.

Una carrera popular que junta los grandes vidrios de la solidaridad y la superación. Porque hoy somos 20.000 los que pisamos fuerte sobre el vientre de las calles para hacer sonar nuestro himno de compás improvisado. Somos un tiro en el alma de las banderas que no nos representan, frente a la mar de mi tierra otro octubre de verano.

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Teresa Velasco Castillo

2 comentarios:

  1. Que grande eres Tere , como atleta como escritora y sobre todo como persona, eres excepcional! Enhorabuena por esa reflexión, por tus palabras, tus sentimientos , tu pasión...

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    1. Gracias Maicu. Tú sabes que para mi eres un referente y una gran amiga

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