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jueves, 26 de octubre de 2017

¿Y tú por qué empezaste a correr?

Todos hemos tenido una primera vez. Un primer día de colegio, un primer apellido, un primer compañero de equipo, una primera puesta en escena o una primera borrachera. Todos, incluso los menos lanzados, han tenido primeras experiencias en campos tan amplios como la población de esta gran ciudad que es nuestro planeta azul.

Los integrantes de ASICSFrontRunnerSpain team comparten, en este caso, su “primera vez” a través de las redes y en sus perfiles oficiales en la web, muchos de los cuales me han hecho sentir identificada y lanzarme hoy a contar mi experiencia en el mundo Runner.

Para empezar, cuando yo corría, el running como tal no existía. Estaba el Nerja, la escuela de atletismo por antonomasia en Málaga, y unos cuantos grupos de veteranos que se reunían para entrenar bajo la forma jurídica de club.
Yo tendría unos 8 años y un alma falta de nutrientes simples que ampliasen la perspectiva sobre mi ser más allá de lo que dijesen los compañeros de escuela. Por supuesto, ni por asomo sospechaba de mis necesidades, ni mucho menos conocía las posibilidades que podía ofrecerme este deporte, pero como todos los niños/as empecé imitando y, a día de hoy, no he encontrado aún mejor referente que mi padre.

Todavía recuerdo aquella tarde de octubre con la que inicié mi andadura por este mundo fuera de los test y eventos asignados a la educación física en colegios. Le pedí que me llevase con él y fuimos hasta el famoso tranvía, con paso torpe, comentando lo “polvorillas” que eran los niños de la clase y como, con esfuerzo y tiempo, llegaría a ganarles algún día. 
Y así fueron pasando las semanas y con perseverancia llegué a mi primera gran carrera popular en la barriada del Palo, donde algunos de esos compañeros participaban.

No dormí la noche anterior. Tampoco  pude desayunar. Todo lo que hoy me resulta minúsculo era entonces tan inmenso que parecía que el tiempo no pudiera guardarlo. 
Edición de 2007, con 13 años. 

Cuando el organizador, después de un largo discurso, soltó aquel disparo de plomo, eché a correr con mis dudas a cuesta y, tan solo con doblar la esquina, éstas se habían ya disipado. Me hice con un tercer puesto. Suficiente para que cada año siga participando en una prueba que se ha transformado casi en un evento familiar.

Suficiente para  engancharme hasta los huesos de un deporte que me ha dado y me ha quitado todo: amigos, salud, felicidad, miedos, momentos únicos, pero, sobre todo, primeras veces.

Dieciséis años después la pregunta “¿Qué tendrá el running que nos hace adictos?” sigue siendo un misterio, para mi sin respuesta. Diría que es el nutriente esencial que mi YO necesita, pero ya se sabe que los estudios nutricionales cambian cada día. Así que si sabes algo, no dudes en dejar un comentario.


Teresa Velasco Castillo


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