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sábado, 20 de abril de 2013

"Los anuncios de siempre ya no cuelan"


¿Sabían que, desde que despertamos, recibimos entre 2000 y 3000 impactos?

Una persona de cualquier ciudad española se topa con unos 600 anuncios en televisión a la semana, el 15 % de la emisión, según anota Amanda Mars en su artículo Los anuncios de siempre ya no cuelan. 

La multitud de estímulos a los que estamos sometidos diariamente hace que el público ya no preste atención al anuncio tradicional.

Del mismo modo, la revolución de las tecnologías y multiplicación de oferta mediática no parecen favorecer a los anunciantes que encuentran nuevos problemas en la fragmentación de audiencias.
Según Xavier Oliver (profesor del IESE), ante la saturación del mercado, la publicidad pasa a establecer relaciones con el público, esto es, se otorga a los consumidores mayor sensación de control, aunque ésta solo sea aparente en la mayoría de las ocasiones.

Así, para sobrevivir a la tempestad y salir a flote en tiempos de crisis, la publicidad se rinde a la sensibilidad social de los nuevos consumidores: telespectadores cada vez más exigentes, más locos del consumo.

Imagen para la campaña antidroga de la FAD
Expertos como Juan José Pérez Cuesta y Rafael Esteve coinciden en que “nunca antes la publicidad fue tan creativa… pero nunca tan ineficaz”.

El uso de las nuevas  tecnologías parece sobresalir como medio para la propagación de mensajes originales a bajo coste. Las nuevas estrategias apuntan a que las redes sociales serán las protagonistas en este tipo de campañas fuera de lo convencional.

Un vídeo puede ser reenviado cientos de miles de veces a través de YouTube sin apenas costes económico y eso es algo que la marca cosmética Dove supo aprovechar. Uniliever se ha ganado la simpatía de sus públicos a través del compromiso social.

La campaña que Mars apunta como ejemplo rompe los moldes publicitarios tradicionales utilizando a mujeres corrientes como modelos. Se define como un “manifiesto a favor de la belleza real”.

Está claro. Estamos hartos de estar hartos de “impactos” que nos acosan, que están ahí. En la calle, en el autobús, Internet, televisión y ahora también en el móvil ¿qué será lo siguiente?

El anuncio podrá vivir su crisis, pero siempre habrá otra publicidad. Como resume el escritor Vicente Verdú: “la que sale dentro de la película”.

Teresa Velasco Castillo

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