Este poema se lo dedico desde bien lejos a mi amiga Aicha, quien ya hace más de un año que marchó a Austria de "up air". Siento que cumplo mal y tarde con los poemas que prometo escribir, pero ya sabéis que la poesía no se "encarga", simplemente llega.
¿Por qué me pides que te escriba?
Te mereces alguien que te empuje a la locura
que escriba versos con tu boca omnipresente y,
a la vez esquiva; rosa oscuro y apacible, huracán de
incienso,
jurisprudencia de lo bello e inestable, carmín de duda.
Una aldea con sus calles inclinadas
con escalinatas de mármol,
con nenúfares y peces
de colores,
antiguo y pobre, pero auténtico y sincero.
Porque en las grandes ciudades,
¡Ah, en sus
oscuros rincones!,
Contenedores ahogados en escombros,
escaleras que van a dar al vacío
y este ingente montón de ripios
ímpetu estético finalmente fallido.
¿Por qué me pides que te escriba
si los poetas olvidan escribiendo
sin siquiera la esperanza de una decadencia digna?
¿Por qué, si sabes que mi pueblo está vacío de palabras
desde que no me hablas de los besos que te faltan?
Hemos sido de lo bello y lo prohibido,
un repertorio de promesas fugitivas.
Y ahora que amenazas con quedarte
tan lejos de este pueblo de ancianos,
de lo único que sé que me arrepiento
es de que no te aparecieras antes.
Teresa Velasco Castillo
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