FISIOLOGÍA DEL
CORAZÓN
¿Alguna vez han pensando que el jardín botánico de El Bosque es igual que el corazón? Yo diría que sí. Disfruten de esta idea y, por favor, piénsenlo...
La situación privilegiada del corazón sobre dos continentes, esternón y dorsales, y una red de jardines de olvido desarrolla tan
vasto patrimonio vegetal y micológico de sentimientos humanos que hoy
conocemos.
Digamos que el corazón es y ha sido siempre una ciudad
importante, incluso antes de fijarse en ella la capitalidad de nuestro organismo.
Algo tendrá el agua cuando la bendicen y, aparte de su proximidad a la aorta,
algo más tendría para que todos los habitantes del mundocuerpo fueran a parar de una u otra forma a este órgano “hueco”.
¿Se han fijado alguna vez en
la media hoja, enrollada a medias, que es el glóbulo que transportan
nuestras vénulas? ¿ han pensado alguna vez en cómo transcurre la sangre de un
obeso y su parecido a la baba que deja el caracol? ¿y los grumos de sangre
espumada por las grietas del olmo de Machado?
Todo empieza con un impulso eléctrico en el nódulo
acebuchal, donde una forma asilvestrada de masas boscosas infringe el ritmo
infernal con que corremos la maratón de la vida. Posteriormente, y asentado
sobre terrenos de carácter ácido, el alcornocal trae a ciertos rincones de la
aurícula un palpitar disperso que se encarga de nuestro paisaje.
En el encinar mesomediterráneo, justo en el mediastino, a
mitad de destino entre lo que somos y lo que pudimos haber sido, los torviscos
y palmitos ofertan un homenaje multicolor a la sangre que retorna por las
venas. Allí, el quejigar espera ansioso
en el cauce del río a ser abrazado por una encina amiga que haga dilatar la
pared miocardíaca. Cuando esto no sucede, se da lo que se conoce como infarto
de “miocardio” y el sujeto cree suyos los corazones, majuelos y rosales
silvestres cuyas hojas caducaron hace años.
Es necesario, por consiguiente, mantener los niveles de
presión arterial entre unos valores mínimos y máximos que permita la vida del
arroyo sanguíneo. Para ello el pinsapar despliega cada uno de los elementos
anatómicos del fruto y la flor de la Inteligencia, solo presente en la familia
de los homínidos.
El pinsapo, como sabrán, debe ocupar los lugares más frescos
y umbríos de la memoria, ya que su función calienta todo el órgano disparando
los niveles de gasto cardíaco. Esto no se da a menudo y, protegido por la ley,
el pinsapo se encuentra en peligro de extinción
desde que Sócrates fue envenenado con la cicuta.
Recientemente, los seguidores de Carl von Linné, han
detectado una nueva región en el círculo de pasiones de la vegetación
serpentícola, justo bajo la válvula tricúspide. Se trata de afloramientos
metamórficos de origen volcánico llamados periodistas, que han dado lugar a una
nueva dosis de verdad en un suelo poco fértil y algo tóxico como consecuencia
de la enorme concentración de parásitos con corbata.
En resumidas cuentas, un circuito sistemático de arterias,
capilares y venas por donde transcurre la visita a recuerdos embriagadores de
voluptuosas nostalgias y frondas castigadas por los siglos de los siglos, amén.
Por: Teresa Velasco Castillo
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