Hasta entonces no me había fijado. Si bien las madres ven
peligros por las esquinas o los románticos (ahora más que nunca en peligro de extinción) ven
parejas besándose en cada farola, sin más remedio yo veía periodismo. Estaba ahí.
Las noticias parecían agolparse por cada
rincón de mi fiel Andalucía esperando a ser descubiertas. Algunas se
escondían, como si de un juego se tratase,
por los kioskos, en los parques, los autobuses, en las costumbres que
para muchos siguen vivas. Otras salían de su guarida y posaban casi al desnudo
por las calles, inmersas en el aire de las respuestas.
No puedo mentir. No dediqué las navidades a recorrer
periódicos digitales o a callar a mis hermanos si salía algo en la tele. No
hizo falta. Cenas. Estimación de las compras. El mejor regalo para reyes… todo
estaba ahí.
La televisión no dejaba de balbucear números: la cifra del
paro, los goles de Messi, el premio de lotería… Pero hay mucho más. Mientras
mis padres asistían con esperanza a la lotería del niño, como, imagino, la
mayoría de la gente, yo observaba los acontecimientos desde una nueva
perspectiva ¿Estaría camino de ser periodista? Tal vez fuera pronto, pero casi
podía adivinar los titulares del día posterior.
En los informativos de deportes, cómo no, mucho futbol,
mucho Barcelona y mucho Madrid (ahora también Málaga). Pero no todo estaba en
los medios. En Antequera se celebraban los controles interprovinciales de pista
cubierta. En Nerja el critérium de Navidad. Y basta asomarse al paseo marítimo
para saber que no todos los sucesos deportivos se encuentran entre las últimas
páginas de diarios.
Respecto a las noticias del tiempo no parecían variar mucho,
de hecho, creo que no lo hacen desde que
estudié el clima mediterráneo allá por
sexto de primaria. Ya se sabe: veranos calurosos e inviernos suaves. Alguna
nube. Vientos más frescos para los del norte y esas olas de frío polar que
tanto afectan a los de mi clase.
Asistí también, sin
prestar mucha atención, al discurso anual
del rey, el cual imagino, será una de
las noticias más relevantes de la navidad ¿Sería de agenda? Previsto estaba, desde luego.
En fin, intenté evadirme y descansar tres semanas ¡El
periodismo es agotador! Pero no había manera. El twitter se había convertido en
una adicción irrefrenable y no dejaban de llegar mensajes con ironías, chistes,
chismes. Infinitas novedades sobre el Madrid Arena, Arthur Mas, los catalanes
españoles, los españoles catalanes…En fin,
agotador.
Luego, el día después de navidad, salí a entrenar con los amigos.
Las cosas no dan mucho más de sí. Por Nochevieja fuimos a cenar y para estar
tan vieja, la noche no estuvo mal; alcohol, risas, y gente. No todo cabe en
palabras.
Y hasta aquí los informativos. No tengo tiempo para más.
Este año, las cosas van más bien a menos: es el segundo año que no se celebra la
San Silvestre en Málaga (total para dos carreras que organizan al año). A
cambio, en la Rosaleda y de un modo
particular, tuvo lugar San Silvestre de
la Palmilla a la que no asistí, pero de la que me hablaron francamente
bien. Quizás la corra el año que viene.
Pero eso ya es otra historia. De momento me quedo con esos instantes que ni el tiempo cambia:
Maratón de Madrid; mi padre y yo |
Feliz 2013...
(Teresa Velasco Castillo Málga a 3 de Enero 2013)
Buenísimo reportage , pero lo mejor , la foto , jajajajja. que chiquitita!!
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