A Belén

Lo lógico a estas alturas del año sería hacer recuento de lo mejor y lo peor. Ese DAFO personal que todos suben a Facebook o ¿ por qué no? esa contra-felicitación navideña maldiciendo los excesos del capitalismo y la industria. 

El caso es que en mi línea indecisa y cansada de lo recurrente que se vuelven estas fechas, dedico mi poema de hoy a Belén; mi hermana. Causa y consecuencia de buena parte de mi condena como poeta. 

A Belén

A menudo envuelves mis arrugas

Como el silbido invernal vuelve a las verdes hojas

Para ser cendal de la mañana  dormida

Las ideas cristalinas, sin más remedio madrugan

Como acorde en el himno del suicida

Me hace un guiño tu pupila plateada

Y a menudo me recuerdas cuando era tan niña

Jugando a construir rediles en el alma

A veces, si te miro, tiemblan luces de la tarde

Como risas de tus labios por los besos de una madre

Como si agitasen las nubes el viento a su antojo

Y su rojo esplendor se acabara en un otoño

A menudo quitas fantasmas,

Hada madrina, bella durmiente

como la lluvia arrastra el ruido de los coches.

Allá donde la bruma densa empaña las noches

Simplifica tu canto los problemas de la gente.

Y va tu melodía haciendo eco de la vida

Entre edificios de una arboleda más bien sombría

Y le siguen los poetas que en el quicio del verano

Buscan la inocencia que perdieron con los años

Teresa Velasco  Castillo. Málaga a 24 de diciembre de 2014.